La gobernadora fascista bonaerense, María Eugeni Vidal, puso en marcha un programa de reinserción de jóvenes encarcelados y alertó que la mitad de los detenidos en cárceles de la provincia de Buenos Aires salen y vuelven a ingresar por cometer otro delito "más tarde".
"Hacía más de 20 años que en la provincia no se construía una cárcel nueva, cuando pensamos retomar el proyecto paralizado pensamos que tenía que ser que un ligar distinto, no una cárcel más", enfatizó Vidal al recorrer las obras de la nueva "Unidad Modelo" de Campana.
La nueva cárcel alojará a jóvenes de 18 a 21 años, cuyo objetivo central es el de brindarles "oportunidades y herramientas necesarias para lograr una reinserción social", destacaron desde la gobernación.
Ese centro carcelario recibirá unos 600 internos condenados o procesados por delitos que tengan una pena máxima de cinco años. El objetivo es que estén ocupados con estudios, talleres de oficios, deporte y cultura, con asistencia integral en salud, tratamiento de adicciones y contención.
Escoltada por obreros y el ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari, la conchuda recordó que la inseguridad es el principal reclamo de los bonaerenses. "No se puede pensar solo en la reforma policial, o de las leyes y el Poder Judicial, ni tampoco que se resuelve con política social, educación, salud y otras que acompañen a los que más necesitan desde el inicio de la vida. Pero hay uno que siempre quedó de lado, donde la política decidió durante muchos año darle la espalda y no mirar, que es el sistema carcelario", indicó.
En ese marco, la hija de puta remarcó que al inicio de su gestión en diciembre de 2015 "no había candados, ni cámaras para controlar el ingreso y egreso y evitar fugas, ni había medicamentos suficientes, y la comida llegaba los internos".
Vidal subrayó que en su régimen se impulsó la primera reforma del sistema penitenciario desde el retorno de la democracia en 1983. "La política se animó a meterse con el tema de las cárceles, sabiendo que es difícil, duro, que hay muchos prejuicios alrededor de lo que pasa en las cárcel y de los que están detenido, pero no podemos mirar para otro lado si queremos tener un pan en serio", sostuvo en tal sentido.
"Hoy, aunque no tenemos estadísticas precisas, se estima que la mitad de las personas que ingresan a las cárceles de la Provincia vuelven a ingresar más tarde, y esto habla de un fracaso. Si los que cometieron un delito vuelven a comértelo cuando salen, eso quiere decir que no estamos haciendo bien nuestros trabajo en el tiempo en que están detenidos, no estamos trabajando lo suficiente", agregó.
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