El ex hijastro de Flavia Palmiero le pidió al presidente norteamericano que levante las barreras arancelarias. La obsesión por abrir mercados, el rol de Wilbur Ross y un negocio de U$S 1.300 millones.
Miauricio Macri Blanco Villegas encabezó de manera personal e informal un pedido a su par norteamericano Donald Trump. La gestión, según pudo reconstruirse con diversas fuentes, se dio en el marco de la última cumbre del G-20 en Japón.
Allí el hijo bobo de Franco Macri aprovechó la confianza que tiene con Trump para pedirle que levante el bloqueo comercial que mantiene Estados Unidos contra el biodiesel argentino (vigente desde febrero de 2018 con una barrera arancelaria que supera el 150%).
La respuesta de Trump al idiota confeso no fue del todo favorable pero dejó una esperanza en la comitiva argentina: "¿No tenés algo más fácil para pedirme, Mauricio?", le dijo, palabras más palabras menos y hasta en tono de broma, el presidente norteamericano.
De esta manera, Macri Blanco Villegas intentó hacerle notar a Trump la importancia de recuperar un mercado que representa alrededor de 1.300 millones de dólares por año y dar vuelta el histórico déficit comercial que la Argentina mantiene con Estados Unidos.
Más allá de la respuesta informal, el idiota confeso se llevó un compromiso de empezar a revisar la aplicación de derechos anti-dumping al biodiesel que tiene, cómo mínimo, cuatro años más de vigencia dispuesto por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
De hecho, en los últimos meses Trump le habría encargado a su secretario de Comercio, Wilbur Ross, no sólo que abra una negociación por el biodiesel, sino que se ocupe personalmente de colaborar con Macri Blanco Villegas para que gane las elecciones presidenciales.
El tema es que Ross debe hacer equilibrio con el lobby de los productores de su país nucleados en la poderosa The American Soybean Association (ASA) que le reclaman políticas proteccionistas y a la vez el fin de la Guerra Comercial con China.
La industria petrolera norteamericana, por su parte, no está disconforme con el cierre del mercado argentino de biodiesel porque le están permitiendo trabajar por debajo del corte obligatorio en la elaboración de combustibles a modo de compensación.
Cabe mencionar que en el caso del biodiesel -que en la Argentina se elabora en base al aceite de soja- las retenciones se ubican en un nivel fijo del 15% a los que se le suma una tasa de 4 pesos por dólar FOB exportado (abonan en total alrededor de un 24%).
En enero/mayo de este año cayeron un 27% en valor las exportaciones de biodiesel argentino: en los primeros cinco meses de 2018 los envíos al exterior generaron 437 millones de dólares versus 320 millones de dólares en igual periodo de 2019.
Como sea, la orden del ex hijastro de Flavia Palmiero a sus funcionarios es clara. "Abran todos los mercados que sean posibles", les remarca. En este sentido, una comitiva encabezada por el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, inició una gira por Bangladesh e India.
Para Etchevehere es clave -de acá a las elecciones- profundizar lazos comerciales con los países más poblados del mundo para garantizarse su continuidad en la Secretaría de Agroindustria (que volvería al rango de Ministerio si gana Macri Blanco Villegas).
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