Los gremios afirman que en medio del vaciamiento se enviaron telegramas a madres sostenes de hogar y hasta a una mujer que había fallecido. También denuncian una crisis edilicia que “pone en riesgo un patrimonio cultural de más de 200 años”.
Por cuarta vez en lo que va del año, trabajadores estatales se movilizaron hasta la Biblioteca Nacional para exigir la reincorporación de la decena de empleados despedidos este año y que se suman a los 300 que ya fueron víctimas del vaciamiento puesto en marcha por el régimen fascista de Miauricio Macri Blanco Villegas en esa dependencia.
Los sindicatos denuncian que la sinrazón de los recortes de personal llegó al punto que se enviaron telegramas a madres sostenes de hogar y hasta a una mujer que estaba internada en grave estado y que finalmente falleció. También aseguran que hay severos problemas edilicios que “ponen en riesgo un patrimonio cultural de más de 200 años”.
Durante la movilización frente al edificio ubicado en Las Heras y Agüero se desplegó una enorme bandera argentina y se instaló una olla popular a la que asisten no solo los recientes despedidos sino también a los que fueron echados en 2016.
El reclamo no solo pone en tela de juicio a la directora de la Biblioteca, Elsa Barber, por los despidos efectivos y los encubiertos como jubilaciones forzadas y no renovaciones de contratos, sino también una política de “persecución sindical” contra ATE.
Al menos cinco de los despedidos fueron candidatos a delegados por esa asociación gremial en las últimas elecciones de comisión interna. “A nivel nacional hay una política de persecución a los que resisten el ajuste. Y en el caso de la Biblioteca Nacional, se echó sin razón a quienes se organizaron para resistir esa misma política”, puntualizó el titular de la CTA Autónoma Capital, Pablo Spataro.
Tanto la CTA como sectores de la CGT, del Frente Germán Abdala, la Juventud Sindical y de varios gremios se dieron cita desde las 10 en la explanada del edificio para denunciar la “irracionalidad” del ajuste. Es que los despidos fueron tan indiscriminados que afectaron a personas con más de 20 años de antigüedad, a madres sostenes de familias y hasta una persona que había fallecido.
“En abril, una compañera tuvo un accidente laboral en la puerta del edificio y fue internada en terapia intensiva. Finalmente falleció, pero le habían enviado el telegrama de despido”, relató Spataro. Cuando la gestión de Elsa Barber lo advirtió, quiso dar marcha atrás con la medida, pero ya era tarde. “Esto es una muestra del nivel de deshumanización de esta señora que aplica la misma política de Mauricio Macri", sostuvo Spataro.
Durante la movilización de ayer no solo se denunciaron esos casos, sino también los “problemas edilicios” que “ponen en riesgo un patrimonio cultural de más de 200 años”, añadió el titular de la CTA Autónoma porteña. “Nuestros compañeros nos cuentan que el Museo del Libro está prácticamente en desuso y que hasta estuvo inundado. Hay un gran deterioro de las instalaciones, las calderas no funcionan hace más de siete meses”, enumeró.
Para Spataro, lo que ocurre en la Biblioteca Nacional se enmarca en “la situación delicada” que están viviendo los trabajadores estatales de todo el país, frente a los despidos masivos del régimen de la alianza de derecha Cambiemos. “Es una política de miedo y terror a perder el trabajo, a la que se le suman pautas salariales que arrojan los trabajadores y trabajadoras por debajo de la línea de pobreza”, señaló.
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