Las proyecciones de crecimiento volvieron a reducirse y ya hay bancos que la ubican por debajo del 1,1% del 2018.
La economía brasileña volvió a mostrar datos preocupantes que amenazan la recuperación argentina. Según el índice de actividad económica del Banco Central del país vecino, el primer trimestre registró una caída del 0,68% en términos desestacionalizados.
Los peores números se vieron en industria (-0,7%) y servicios (-0,6%). En tanto, a nivel mensual marzo reportó una merma del 0,28% contra febrero, pero del 2,52% en relación al mismo mes del 2018.
Esto representa una baja mayor a la estimada por el mercado, que desde hace once semanas viene previendo una proyección de crecimiento cada vez menor para el 2019, demostrando la fuerte desilusión con el régimen de Bolsonazi.
Luego de prever un alza del PBI del 2,5% al momento de su elección que se justificaba a raíz del fuerte optimismo que despertaba el ex militar, el mercado ahora estima un incremento de apenas el 1,45% para el 2019, aunque hay pronósticos aún más pesimistas.
De acuerdo al Bradesco, el avance será de solo el 1,1%, mientras que el banco Itaú lo sitúa en un 1%, es decir, un nivel de estacamiento tal como sucedió en 2018. Esto significa un duro golpe para Brasil que todavía se encuentra lejos de recuperarse de la recesión de 2015 y 2016, cuando acumuló una caída del PBI en torno al 7%, con la crisis del Lavajato de por medio.
"La economía está en el fondo del pozo", aseguró el ministro de economía Paulo Guedes, quien a su vez reconoció que las previsiones del régimen relacionadas a la evolución del nivel de actividad están alineadas a las del mercado.
Para Argentina, por su parte, implica un mayor desafío que se suma a las innumerables dificultades macroeconómicas internas. Es que uno de los ejes del plan de Dujovne para salir de la recesión era un gran impulso de las exportaciones que se suponía estarían traccionadas por el fortalecimiento de Brasil.
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