La economía argentina arrancó el tercer trimestre del año con una nueva caída que hace prever una duradera recesión. De acuerdo al Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) que mide el INDEC, julio cerró con una baja del 2,7% comparado con igual mes del año anterior.
De esta manera, se consolida un sendero recesivo de cuatro meses consecutivos que revierten la tendencia positiva del primer trimestre y traccionan al acumulado en los primeros siete meses del 2018 a una merma del 0,8%, que todo indica que se profundizará.
De hecho, el régimen macrifascista cree que llegará al 2,4% para fin de año, aunque la mayoría de las consultoras anticipan una recesión por encima del 3%.
A pesar de la sólida tendencia negativa, se trata de una contracción bastante menor a la registrada en mayo (-5,2%) y junio (-6,7%), que por el momento se ubican como las peores marcas de toda la era Macri. Incluso, en julio hubo un crecimiento del 1,4% respecto al mes anterior de acuerdo al indicador desestacionalizado del INDEC.
Aun así, esto no significa una reversión de la tendencia. La mayoría de los especialistas, por el contrario, piensan que este rumbo se mantendrá por lo menos hasta el segundo trimestre del 2019 y calculan una recesión de "punta a punta" mayor al 6%, ubicándose como la marca más elevada desde el 2009.
El sector de Agricultura, ganadería, caza y silvicultura nuevamente se ubicó como el más perjudicado. Sin embargo, la caída (-10,1%) fue una tercera parte de la registrada en los últimos tres meses, lo que marca el comienzo del fin del efecto sequía.
La industria manufacturera y el comercio volvieron a encontrarse dentro de las ramas que sufrieron un mayor impacto, con bajas del 5,1% y 6,4%, respectivamente. A su vez, al tratarse de las mayores generadoras de mano de obra, su pobre desempeño tiene repercusiones directas en el mercado de trabajo que se vio seriamente perjudicado durante este mes.
En contraposición, la pesca (5,9%); electricidad, agua y gas (3,9%); intermediación financiera (7,1%); explotación de minas y canteras (1,4%) y la construcción (1%), fueron los sectores de mayor dinamismo.
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