viernes, 31 de agosto de 2018

Reuniones y nerviosismo en la Casa Rosada: Macri Blanco Villegas resiste una fuerte presión para que eche a Peña Braun Menéndez

Empresarios, el peronismo y algunos sectores del propio oficialismo le reclaman al ex hijastro de Flavia Palmiero el despido del jefe de Gabinete, pero el subormal lo rechaza.


Mugrizio Macri Blanco Villegas recibió en las últimas horas la presión más fuerte desde que asumió para desplazar a Marcos Peña Braun Menéndez de la jefatura de gabinete, luego de que el dólar superara la barrera de los 40 pesos en el día más negro del régimen fascista.

Las presiones provienen tanto desde los empresarios y el peronismo como de propios sectores de la coalición de derecha oficialista.

En el mundo empresario ya dan a Peña Braun Menéndez -el hombre de mayor confianza del hijo bobo de Franco Macri- como fuera del régimen y exigen que junto a él se vayan sus vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Pero el idiota confeso se sigue resistiendo a deshacerse de su mano derecha.

El jefe de gabinete había salido a negar cambios ayer a la mañana y aseguró que no se estaba ante un "fracaso económico". Luego de sus declaraciones, el peso se devaluó un 20 por ciento y el sorete recibió una inesperada réplica de María Eugenia Vidal. "Yo creo que estamos ante una dificultad y no reconocerlo es no entender lo que le pasa a la gente", dijo la gobernadora fascista bonaerense.

Anteaoche, Rogelio Frigerio, ministro del Interior, fue tanteado para asumir como jefe de gabinete en un guiño al peronismo. En el entorno de Peña Braun Menéndez desmintieron estas versiones. 

El ministro coordinador se mostró en las últimas horas junto al propio Frigerio y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con motivo de la firma de compensación de deuda con el mendocino Alfredo Cornejo.

"El equipo es totalmente prescindible, puede cambiar como también pueden cambiar los instrumentos a implementar para cumplir los objetivos que fijamos al inicio de la gestión", señaló Frigerio.

En tanto, Macri Blanco Villegas intentó mostrar tranquilidad y normalidad al mantener su agenda de actividades de ayer tal como estaba prevista, aunque siguió de cerca y con atención una jornada de tensión y volatilidad cambiaria.

En la Casa Rosada, el retrasado mental se apegó al cronograma de reuniones que se había fijado y no se apartó, con el objetivo de no perturbar aún más a los mercados y a la población en general.

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