Máximo se sumó al duro ida y vuelta que tuvo Cristina con el Fondo, mientras el gobierno de Alberto Fernández maniobra para encauzar la negociación

Rodeado de militantes de La Cámpora y vecinos de Escobar junto a Luana Volnovich y el intendente Ariel Sujarchuk, Máximo se sumó al duro ida y vuelta que tuvo la vicepresidenta con el Fondo, mientras el gobierno de Alberto Fernández maniobra para encauzar la negociación, en un juego dialéctico que no está claro si está o no sincronizado.
Luego de que el presidente armara una gira por Europa para conseguir apoyos y el ministro Martín Guzmán mantuviera una extensa reunión con Kristalina Georgieva en Roma, Cristina sorprendió en Cuba con declaraciones muy duras contra el organismo.

La respuesta no tardó en llegar y vino del vocero Gerry Rice, que descartó que haya habido alguna violación de las leyes del Fondo al prestarle plata al nefasto régimen fascista y neoliberal de Miauricio Macri Blanco Villegas (ver nota aparte en esta misma edición).
Cristina redobló la apuesta ayer a la tarde al publicar uno de los artículos del estatuto del organismo que asegura que ningún país miembro podrá usar los recursos del Fondo para hacer frente a una fuga de capitales (ver nota aparte en esta misma edición). Más tarde, lejos de poner paños fríos, Máximo apuntó contra el vocero Rice, el funcionario del Fondo que le respondió a Cristina.

También reivindicó el "esfuerzo" de los argentinos en los primeros años de la presidencia de Néstor Kirchner, cuando el país estuvo en default. "Entre mayo de 2003 y diciembre de 2005 fueron los años en que su esfuerzo fue verdaderamente puesto en valor para echar al Fondo", recordó y luego culpó al hijo bobo de Franco Macri de traer de vuelta "los cartelitos de la izquierda y el Partido Obrero contra el FMI" en las marchas.
El mensaje del diputado del Frente de Todos estuvo hegemonizado por la negociación con el Fondo y tensó más el escenario a un día de la presentación de Guzmán en el Congreso. Al finalizar el discurso, Máximo se ganó los aplausos de todo el microestadio de Garín y bajó del escenario mezclándose con la gente para pedirle selfies entre abrazos, en una imagen que recordó a Néstor Kirchner.
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