Decidió mantener a Lugones en Aprevide y a Pelleri Ghilardi en el ReBa, en un acuerdo político con la gestión anterior.
Sergio Berni dejó dos áreas sensibles del Ministerio de Seguridad bonaerense a cargo de funcionarios que responden a su antecesor, Cristian Ritondo, en medio de un acuerdo político que genera malestar en un sector del gobierno de Axel Kicillof.
Se trata de dos organismos claves en los que no nombró gente propia: decidió mantener a Juan Manuel Lugones en Aprevide, el organismo que se encarga de la seguridad del fútbol, y a Maida Pelleri Ghilardi en el ReBa, el organismo que supervisa los boliches y bares nocturnos.
Ambas áreas sufrieron conflictos muy graves este verano. El que quedó más expuesto fue Lugones en Aprevide, ya que el último fin de semana debió salir a dar explicaciones en Bahía Blanca por el asesinato de Sergio Castillo, un hincha de Olimpo.
"Lo mató una bala de un hincha de Villa Mitre", dijo Lugones al reunirse con familiares de la víctima, donde calificó a lo ocurrido "como una cuestión de barras", aunque prometió castigos en caso de comprobarse responsabilidad de las instituciones en lo sucedido.
Lugones desembarcó en la gestión en diciembre de 2015 y genera resistencia en el entorno de Kicillof, que también arrastra una tensa relación con Berni.
El funcionario siempre fue muy crítico del kirchnerismo y se mostraba como un militante vidalista en las redes sociales, aunque al quedar ratificado en el cargo borró su cuenta de Twitter. El gobernador aún no firmó su continuidad y hay quienes ya deslizan que los hechos de Bahía lo dejaron en la cuerda floja.
El mal funcionamiento del ReBa también quedó expuesto ante el descontrol en la Costa durante el verano y sobre todo cobró resonancia tras la clausura del boliche Le Brique por el brutal del asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de un grupo de rugbiers.
El organismo se encarga de registrar los boliches y cumple tareas de control de alcoholemia. Durante estos años fue conducido por el cuñado de Ritondo, Martín Diago, que migró al Congreso junto a su jefe político pero en el cargo dejó a Pelleri Ghilardi, su mano derecha.
El ReBa tiene el poder de clausurar los comercios y cumple tareas de fiscalización. En los hechos, funciona como una caja política jugosa en la que Berni decidió ratificar a la funcionaria de Ritondo con la misma justificación con la que dejó a Lugones: ante sus íntimos, asegura que intenta hacer un trabajo con los mejores profesionales, alejado de "una mirada caprichosa o ideológica".
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