La diputada maneja un bloque de siete legisladores y tiene el voto decisivo en el Consejo de la Magistratura.
Los operadores judiciales de Macri Blanco Villegas tientan a Graciela Camaño para conducir un interbloque opositor y aliado de Juntos por el Cambio, que tenga quórum propio para dominar la agenda legislativa y, tal vez más importante, incida en la integración del Consejo de la Magistratura.
Camaño asumió en la Magistratura hace un año, como parte de una embestida de la oposición para quedarse con 4 de los 6 legisladores de ese organismo. Su voto se convirtió en el más buscado, porque desempata entre los consejeros del gobierno y los opositores. Ninguno cuenta con ella antes de cada reunión.
Su mandato vence en tres años, pero una nueva mayoría parlamentaria podría reunir firmas para alterar la composición del organismo, según entienden los asesores judiciales del aún presidente.
Con los resultados del domingo, la experimentada diputada bonaerense volvió a ser la figura más requerida de la Cámara baja, porque el frente de Todos quedó a 20 votos de la mayoría propia.
De haber repetido los números de las primarias podría alcanzar los 120 y sumar los 9 para la mayoría propia con los partidos provinciales como santiagueños, misioneros y puntanos, siempre dispuestos a colaborar con el gobierno de turno.
El repunte del macrifascismo impidió ese escenario, le otorgó un piso de 123 votos al Frente de Todos con sus socios localistas y para sesionar el gobierno necesitará la ayuda de alguno de sus rivales del domingo, como los 4 que trabajaron para la candidatura presidencial de Roberto Lavagna: Camaño, Alejandro "Topo" Rodríguez, el candidato a gobernador Eduardo "Bali" Bucca y el mendocino José Luis Ramón.
Camaño ya negocia un interbloque que reúna a todo lo que ande suelto por fuera de la grieta: los socialistas Luis Contigiani y Enrique Estévez (que ingresó por la boleta de Lavagna), el salteño Andrés Zottos, cercano a Juan Manuel Urtubey; y los monobloques locales como los de Neuquén y Río Negro. Sabe que debe moverse rápido: Bucca, Rodríguez y Zottos están en la mira de los futuros oficialistas para tenerlos de su lado.
Otro botín son los cuatro cordobeses leales a Juan Schiaretti, fortalecido por el categórico triunfo de Macri en su provincia. Su neutralidad no tuvo costo y, además, Alberto lo necesita. Mira de reojo a los peronistas amarillos cercanos a Emilio Monzó, que el miércoles falló en su primer intento de ser nombrado defensor del pueblo antes del recambio.
Si tiene éxito, aún unido el peronismo deberá consultarle a Camaño cada ley, si hasta diciembre no suma nuevos aliados. Pero también Juntos por el Cambio podría animarla a crear una oposición que domine el recinto, similar a la que piloteó entre 2009 y 2011, recordada como el Grupo A.
La Magistratura será el primer objetivo. La idea que circula entre juristas del PRO es reunir una mayoría con Camaño y los socios que junte, ratificarla como consejera junto a un macrifascista y dejarla la minoría al kirchnerismo, que ya tiene a Eduardo "Wado" De Pedro.
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