"Mauricio dejó la vida", dicen en el conurbano bonaerense. Le reclaman al hada virginal no haber hecho una campaña para "darla vuelta".
La derrota nacional de Juntos por el Cambio no tardó en desatar un pase de facturas interno en el todavía oficialismo.
Los cuestionamientos exponen un malestar respecto a la estrategia electoral de María Eugenia Vidal, mucho más realista y sutil que la gira despedida del "Sí se puede" con la que Miauricio Macri Blanco Villegas recorrió el país bajo la promesa de "darla vuelta".
"Mauricio dejó la vida", dijo un importante dirigente del PRO. La frase refleja el alivio por la remontada del ex hijastro de Flavia Palmiero pero también esconde un reclamo a Vidal. "Ella podría haber hecho más", fue una queja repetida en el búnker de Costa Salguero entre los hombres más cercanos al retrasado mental.
El súbito crecimiento del hijo bobo de Franco Macri no se extendió al conurbano bonaerense, donde Alberto Fernández consiguió el 81% del total de la diferencia que le sacó al retrasado mental. De hecho, su remontada fue muy modesta en la provincia de Buenos Aires, especialmente en la primera y tercera sección electoral, el Talón de Aquiles del PRO.
En sintonía con la tensión que empezó a evidenciarse sobre todo después de las PASO entre el macrifascismo y el vidalismo, en el núcleo duro del subnormal le reprochan a Vidal haberse quedado "de brazos cruzados", sin hacer campaña porque sabía que perdía. "No la pudimos dar vuelta porque no hubo crecimiento en el conurbano. Si ella ponía todo como Mauricio, la situación hoy era otra", lanzó un candidato "sin tierra" que quedó aplastado por la ola peronista de la tercera sección.
Muchos todavía evitan poner de manifiesto el enojo con Vidal aunque hacen referencia a su equipo de campaña, que tomó un rumbo distinto al elegido por Macri Blanco Villegas. La bronca es también hacia los intendentes de Cambiemos que -con el aval de la gobernadora fascista- hicieron campañas vecinalistas pregonando el corte de boleta. Sin embargo, desde el entorno de "la hiena" se encargan de aclarar que el visto bueno para despegarse llegó también desde la Rosada, ya que el idiota confeso les dijo que hicieran todo lo necesario para ganar la elección.
La estrategia de Vidal deja un análisis agridulce, donde algunos encuentran una decisión acertada de apostar a la sutileza y al realismo político, pero otros la acusan de rendirse y por no hacer un esfuerzo para achicar la diferencia.
En territorio bonaerense destacaron, desde el día posterior a las PASO, que el hecho de no tener balotaje los forzaba a replantearse los objetivos a largo plazo, entre los que priorizaron meter más legisladores y retener la mayor cantidad de ciudades posible, aún a costa de que los intendentes de esos distritos tuvieran que cortarse solos y le restaran puntos a Cambiemos a nivel provincial y nacional.
"María Eugenia recuperó 4 puntos. Bajamos de 68 a 61 municipios y ganamos en uno clave que es Mar del Plata", analizan desde el entorno de la gobernadora fascista. En ese recuento también remarcan que ganaron en siete distritos gobernados por la oposición como Capitán Sarmiento, Ramallo, San Antonio de Areco, Mar del Plata, Monte, Necochea y Saavedra.
Destacan, además, que la gobernadora podrá mantenerse como una pieza fundamental en la provincia por su presencia en la Legislatura bonaerense. "En Diputados quedamos con 44, no sumamos ni perdimos. En Senadores bajamos de 29 a 26, pero seguimos con mayoría", explican.
Desde la gobernación bonaerense admiten que hubo posiciones divididas respecto a cómo encarar la campaña. Si bien había un sector que, en línea con la Rosada, creía que era posible revertir el resultado, en el círculo íntimo de Vidal finalmente apostaron por la preservación de su figura en un análisis al escenario político que se abre en el país por la victoria del peronismo.
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