La desquiciada legisladora presentó una nota ante el presidente del cuerpo, Emilio Monzó. El lunes había anunciado que se retiraba de la política. Su salida se hará efectiva el 1° de marzo de 2020.
Esta vez lo anunció y cumplió. Elisa Carrió presentó su renuncia formal a la Cámara de Diputados de la Nación. Se hará efectiva a partir del 1° de marzo de 2020, según la nota nota que presentó con su firma ante el presidente del cuerpo, Emilio Monzó.
En el escrito, al que accedió Currín y que ingresó ayer a las 13:40 a la Cámara baja, la líder de la Coalición Cínica le solicitó a Monzó que “arbitren los medios” necesarios para que el cuerpo acepte su “renuncia voluntaria al cargo”.
Carrió fue diputada en forma ininterrumpida entre 1995 y 2003. Estuvo dos años sin cargo y regresó al Congreso en el 2005. Desde aquel entonces, siempre ocupó una banca por distintos distritos y partidos. La última vez que se sometió al voto popular fue en 2017, en la elección legislativa en la que obtuvo más del 50% de los votos en la ciudad de Buenos Aires. Le quedaban dos años de mandato. Su lugar debería ser ocupada, por cupo, por Patricia Holzman, funcionaria de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, del riñón de Sergio Bergman.
La paciente psiquiátrica ambulatoria le había adelantado su decisión el lunes a Miauricio Macri Blanco Villegas. Fue en la reunión de la Mesa de Acción Política convocada en Casa Rosada, que volvió a reunirse tras la derrota del domingo. Allí, frente al resto de los integrantes de ese ámbito (Marcos Peña Braun, Horacio Rodríguez Larrata, María Eugenia Vidal, Miguel Ángel Pichotto, Federico Pinedo, Mario Quintana, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, Mario Negri, Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Rogelio Frigerio), le comunicó al ex hijastro de Flavia Palmiero que se retiraba de la política.
Pero antes de retirarse -estuvo solo unos minutos en el encuentro, que después se estiró por más de media hora-, Carrió tuvo ásperos cruces con parte de los asistentes. Volvió a cargar contra el ministro del Interior por su relación con el PJ. Una acusación que fue replicada por el funcionario y por Pichotto, que hizo campaña junto a él. Incluso tuvo que intervenir el hijo bobo de Franco Macri.
La enferma mental, sin embargo, no se achicó: le dijo al retrasado mental que había sido “egoísta” por el multitudinario acto en la avenida 9 de Julio en el que el infeliz estuvo solo arriba del escenario, junto a su candidato a vicepresidente.
Defendió a la gobernadora fascista bonaerense, de quién se escucharon decenas de críticas por estas horas desde el primer piso de Casa Rosada por la campaña en la provincia de Buenos Aires. Y dejó un aviso inquietante: adelantó que demandaría al canciller Jorge Faurie por un extraño episodio en torno a uno de sus hijos, que vive en México.
El lunes, a la salida de la reunión, Carrió había declarado que “seguramente el año que viene ya no estaré más en la política”.
Por la noche, recibió en su casa de Exaltación de la Cruz a la mesa nacional del partido y a los legisladores nacionales. Definieron el rumbo a seguir dentro de lo que será la primera minoría en el Parlamento.
La dirigente chaqueña fue determinante en el armado de la alianza oficialista, entre el 2014 y el 2015. También fue una de las dirigentes que sostuvieron en los últimos dos meses la esperanza de poder revertir la derrota de las primarias. El 11 de agosto salió y arengó a la tropa oficialista que esperaba novedades en el búnker de Costa Salguero, pese a que la información que llegaba desde el Correo no eran alentadora.
Durante los cuatro años de gestión de Macri Blanco Villegas, la relación con el idiota confeso tuvo momentos de mucha afinidad y otros de tensión y poco diálogo. El tiempo dirá si este alejamiento de la política es un adiós o un hasta luego.
La "privatización" de Pichotto
La "privatización" de Pichotto
Miguel Ángel Pichotto deberá dejar su banca no por decisión propia, sino porque se le termina el mandato. El ex candidato a vicepresidente advirtió que probablmente vuelva a trabajar en la actividad privada, aunque no especificó en qué área.
También se refirió a la salida de Carrió: “Tengo algunas dudas al respecto. Para Cambiemos fue un soporte anímico para el presidente después del 11 de agosto. Tiene esa capacidad de resistencia”.
El senador rastrero se defendió ante las críticas por no haber avalado el desafuero de Cristina Fernández de Kirchner, pedido por el juez Claudio Bonadio. Lejos de una cuestión de principios, pretextó un motivo pragmático: “Algunos no entienden nada, Cristina hubiera sido candidata desde la cárcel, victimizada”.
En la disputa interna que se viene, tanto Carrió como Pichotto eran sostenes de Macri Blanco Villegas para continuar siendo el líder de Juntos por el Cambio, un lugar que no convence a otros sectores del espacio. Pichetto volvió a insistir en que ese lugar es solo para el presidente: “Lo otorga la ciudadanía, ha quedado claro que hay un liderazgo consolidado de un Presidente que se reencontró con la gente. Este espacio hay que consolidarlo, yo voy a estar ahí. Una fuerza de centro democrático que sea un espacio permanente”.
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