Del 7,9% que debía aplicarse, sólo trasladaron el 3,1% para que no se modifiquen los precios del surtidor.
El régimen fascista de la alianza de derecha Cambiemos volvió a postergar la aplicación del impuesto a los combustibles para que no haya ningún movimiento en los precios del surtidor antes de las elecciones del próximo 11 de agosto. Se trata de un tributo que se actualiza trimestralmente sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y que vienen prorrateando desde el comienzo del Plan Primavera impuesto por los radicales que congeló todos los aumentos previstos para el año en materia de servicios y transporte.
Luego de una suba del 11,8% en el primer trimestre del año, en los segundos tres meses patearon el ajuste correspondiente y lo fueron fraccionando. Al empezar agosto, debían convalidar un alza atrasada del 7,9%, pero acordaron un 3,1%.
El problema es que los atrasos se siguen acumulando y en octubre se sumará la alícuota del tercer trimestre del año, justo antes de las elecciones generales. Por lo tanto, es probable que se vuelva a repetir este mecanismo y se termine efectuando un gran aumento cuando la campaña haya finalizado.
La ventaja para el oficialismo es que la medida no genera el rechazo de las petroleras que se vieron beneficiadas por la baja del precio del crudo a nivel internacional y la estabilidad del dólar de los últimos meses. En consecuencia, están conformes con los precios actuales.
Según consta en el Boletín Oficial, el Ejecutivo justificó el decreto dadas "las circunstancias imperantes y la necesaria estabilización de los precios".
"En esta ocasión y por similares cuestiones, resulta conveniente prever una mayor gradualidad, determinando que el incremento total en los montos del impuesto originado en la actualización de que se trata, surta efectos para los hechos imponibles que se perfeccionen desde el 1° de septiembre de 2019, inclusive", agregaron.
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