La historia sin fin. La firma de Bradsen no dejó ingresar a sus empleados, a quienes además les quiere pagar la indemnización en cuotas.
La empresa de autopartes Clapp, ex PSA Peugeot, ubicada en la localidad bonaerense de Bradnsen, cerró sus puertas de manera sorpresiva y, según parece, definitiva.
Como sucedió en múltiples casos durante los últimos años, los trabajadores se enteraron de la noticia cuando llegaron a sus puestos laborales, ya que las puertas estaban cerradas y no pudieron ingresar.
Unas horas después de encontrarse con el impedimento de ocupar sus lugares de trabajo, los responsables de la empresa les acercaron un ofrecimiento que consiste en pagarles el 50% de las indemnizaciones al contado y el resto en 18 cuotas.
La empresa ya había registrado suspensiones con anterioridad y habían surgido varias denuncias sobre la falta de insumos para la producción.
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