Así lo aseguran las propias cifras oficiales. Los hurtos crecieron el 65% y los secuestros el 50 por ciento.
Cayó como un balde de agua helada en pleno frío polar, dentro del régimen fascista de María Eugenia Vidal, el paquete de estadísticas que dio a conocer la Procuración de la Provincia de Buenos Aires en relación a que durante 2018 creció con fuerza la inseguridad en todo el territorio. Según las cifras subieron un 63% los robos, un 55,4% las estafas, un 50% los secuestros y un 25% los homicidios en ocasión de robo.
Los números que sacudieron la gestualidad electoral de Vidal también dieron de lleno en la candidatura a diputado nacional de su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, que había logrado salir airoso del desastre generado por la masacre de San Miguel del Monte, donde hace unas semanas un grupo de policías virtualmente fusiló a tres menores de edad y un joven de 23 años.
Los alarmantes números oficiales contrastan con el discurso macrifascista de "mejora sustancial" de los problemas estructurales de la provincia, que es un latiguillo que la alianza de derecha Cambiemos usa de forma transversal en todos los distritos que gobierna.
Según el relevamiento de la Procuración, las investigaciones penales preparatorias (IPP) por diversos delitos aumentaron el 6,6 por ciento en 2018. Además, el estudio señala que el año pasado se realizaron 850.908 IPP, 52.423 causas más que en 2017 en los 19 departamentos judiciales bonaerenses.
En conjunto, los delitos contra la propiedad registraron una suba del 16,1 por ciento. En este marco, al menos 36.662 vehículos que estaban estacionados en la vía pública de la provincia sufrieron algún tipo de "hurto agravado", es decir, un 5 por ciento más que en 2017.
El dato bueno es que bajaron los homicidios (5,1 por ciento( pero aumentaron el mismo porcentaje los homicidios agravados. En tanto los delitos contra la integridad sexual también marcaron un crecimiento: de 13.632 pasaron a 17.503, un 28,4 por ciento más.
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