Frente a una de las entradas de la Feria del Libro, sobre la avenida Sarmiento, ya no circulaba ningún vehículo. Al doblar por Santa Fe, el ruido de los bombos y los redoblantes era parte de un escenario en el que sobresalía el azul y se leía "Sinceramente". Allí, una multitud aguardó desde muy temprano la llegada de Cristina Fernández de Kirchner al predio de La Rural.
El anticipo meteorológico se convirtió en una realidad: pasadas las 17:30, la llovizna intermitente se convirtió en una tormenta incesante y amenazante, que movió a algunos presentes y desafió a los más valientes que continúan soportando el mal clima.
Las primeras apariciones de Cristina Fernández de Kirchner en la pantalla despertaron el fervor de las casi 5 mil personas que pudieron observarla en dos pantallas: una dentro de la feria y otra sobre Avenida Sarmiento.
"Vamos a volver" y "Cristina presidenta" fueron los dos gritos que se repitieron durante toda la jornada. Los únicos vehículos que lograron ingresar al playón fueron aquellos que llevaron a quienes tenían una de las 1.000 invitaciones para ingresar a la sala Jorge Luis Borges, en la que formaron parte de la presentación que encabezó la ex presidente.
La bandera celeste y blanca fue la insignia en común. También hubo pañuelos, pins, remeras, paraguas, pilotos, gorras y calcomanías que llevaban la imagen de Cristina Kirchner. En algunas junto a Néstor, en otras sólo su nombre y en la gran mayoría una inscripción que se volvió grito al principio y mucho más en el final: "Vamos a volver".
Lo manifestaron diversas agrupaciones que comenzaron llegar antes de las 16. Algunos permanecieron en el ingreso vehicular hasta que arribó la senadora de Unidad Ciudadana. Luego, se colocaron frente a la pantalla, en donde se expuso -al igual que dentro del predio ferial- la palabra de Cristina a través del streaming.
Por el ingreso desfilaron periodistas acreditados, funcionarios, artistas y militantes afines al kirchnerismo. Muchos de ellos, sin embargo, decidieron hacerlo por la tradicional entrada frente a Plaza Italia.
"No creemos que venga la gente que los organizadores creyeron. Hablaron de 15 o 20 mil personas, pero con este clima es poco probable que se alcance ese número", había manifestado uno de los policías dispuestos en el operativo de seguridad, que evidentemente no sabe un carajo de la mística y la épica kirchneristas.
El número, teniendo en cuenta las tormentas y el frío que hizo durante la tarde y noche, sorprendió a los organizadores, quienes celebraron que -incluso a pesar del clima adverso- hayan asistido a la presentación de Sinceramente.
"Nos vamos a quedar acá. Esperaremos que pare de llover un poco debajo del techito y luego iremos frente al escenario. Cristina tiene que volver a ser presidenta y hoy vinimos a expresarle nuestro apoyo", sostuvo Graciela, una vecina de Mataderos que llegó cerca de las 18, junto a Martina, su hija, quienes desde temprano se colocaron frente a la pantalla.
Tres horas antes del horario previsto para la presentación de Sinceramente ya había diputados, artistas, militantes, periodistas dentro de la Feria del Libro. Dos horas antes, la sala Borges estaba a medio colmar. La primera fila fue reservada para actores, actrices y Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Detrás fueron ubicados los dirigentes y se reservaron cinco filas en el lateral derecho del escenario para periodistas: en los asientos cada cual encontró su nombre y apellido. Después de pasar por el salón Ocre y de presentar el DNI, los mil invitados, con su pulsera celeste en la muñeca y a la vista, debían caminar bajo la lluvia por un camino vallado.
Luego de su discurso y antes de retirarse, Cristina saludó a quienes habían podido ingresar al patio interno del predio y allí atronó el grito de "¡Sinceramente le copamos La Rural!"
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