viernes, 29 de marzo de 2019

Verbano suspendió a todo su personal agobiada por la caída del mercado interno y las tarifas

La fábrica de porcelana más grande del país vende el 10 por ciento de su producción y se encuentra en estado crítico.


La firma Verbano produce una de las vajillas de porcelana italiana más reconocidas en el país y en el mundo combinando tecnología de punta con trabajo artesanal, pero desde hace 14 meses viene atravesando una situación difícil como consecuencia de la caída del mercado interno.

La planta, cuyos inversores son portugueses, tiene capacidad para fabricar 12 mil platos diarios y por su ecuación productiva de escalas, reducir los lotes implicaría un encarecimiento significativo de la mercadería. Sin embargo, desde hace varios meses, no supera las 1.500 unidades vendidas.

Al achicamiento del mercado se le suma el encarecimiento de los costos fijos donde los servicios cobran especial protagonismo. "De gas, la empresa paga un millón doscientos mil pesos y de luz 450 mil que hoy es muy significativo", explicó José Aguirre, secretario general de ceramistas.

Esta situación obligó a la empresa a tomar medidas para mitigar la crisis y con el acuerdo del gremio dispuso la suspensión por un mes de sus 108 trabajadores.  "Si no se hace esto, el costo será mucho más caro para los trabajadores", señaló Aguirre.

Desde el sindicato destacaron la buena predisposición del grupo Faiart que administra la empresa desde 1995 cuando se hicieron cargo de la firma luego de haber estado cerrada durante tres años: "tranquilamente podrían haber cerrado e invertir en la timba financiera. Sin embargo, los dueños -de capitales portugueses- están preocupados por sostener el empleo. Cuando nos convocaron pensamos lo peor y terminamos acordando el cierre durante 30 días para que la empresa, durante ese período, venda la mercadería que tiene en stock".

Confían en que, con las ventas y el ahorro en el pago de los servicios y del 45% de los sueldos, puedan recaudar unos 13 millones de pesos para afrontar las obligaciones con proveedores y compra de materias primas para seguir sorteando la crisis y evitar el cierre.

"La empresa puso a disposición de nuestros abogados y profesionales toda la información contable y financiera quienes pudieron comprobar que la situación es tal cual la habían descripto", afirmó el dirigente gremial.

El otro aspecto que alimenta la incertidumbre es la falta de créditos y las altas tasas que impiden que una firma sólida cómo Verbano pueda recurrir a una herramienta tan fundamental como la financiación. De hecho, el dueño de un importante bazar rosarino reconoció a este portal que hasta hace cuatro años era imposible abrir una nueva cuenta por la demanda que sostenía la fábrica: "aunque pagaras por adelantado un camión no te vendían porque estaban atrasados cinco meses con la entrega", contó el empresario.

A su vez, desde el Sindicato de Ceramistas le reclamaron a la provincia la posibilidad de competir en las licitaciones. "Jamás, en 20 años, el gobierno de Santa Fe nos compró un solo plato. Toda la vajilla se la compran a importadores de China", afirmó José Aguirre.

Por otro lado, señalan el impacto negativo que se generará en la pequeña localidad de Capitán Bermúdez, a 25 kilómetros de Rosario, cuyas principales fuentes de trabajo se concentran en Celulosa y Verbano: "Para el mercado interno de la ciudad van a faltar 6,3 millones de pesos y eso afecta a todos los negocios donde hoy ya se vende carne en cuotas", concluyó el dirigente gremial.

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