El juez de Dolores se presentó al concurso para el juzgado federal y electoral de La Plata. El régimen macrifascista trata de apartarlo tanto de ese juzgado como de la causa por las extorsiones.
El juez federal Alejo Ramos Padilla se presentó este lunes en el Consejo de la Magistratura para la entrevista personal del concurso para designar uno de los cargos judiciales más importantes del país: el juzgado federal y electoral de La Plata, que tiene competencia sobre los comicios en la provincia de Buenos Aires. Ramos Padilla está primero en ese concurso, con amplia ventaja sobre el segundo Domingo Montanaro.
Sin embargo, la política intentará meter la mano y el Poder Ejecutivo va a jugar sus cartas para que el designado no sea Ramos Padilla. El dato curioso es que quien entrevistó al magistrado por el concurso fue Pablo Tonelli, pieza clave de la alianza de derecha Cambiemos, que está a cargo del juicio político contra el juez.
Al entrar al Concejo, Ramos Padilla dijo que “ahora no me importa el juicio político, me importa el concurso”. Ya al salir y de regreso a Dolores, el magistrado preparó lo que sería un supermartes: “en principio”, dijo Roberto Ribas, el abogado del fiscal oficialista, Stornelli se presentaría. Sin embargo, anteanoche el propio abogado manifestó sus dudas y finalmente no se presentó. Sus allegados dicen que Stornelli preferiría quedar en rebeldía antes que ser procesado, aunque lo descalificaría como funcionario judicial.
Concurso
Tras la muerte del histórico juez electoral de la Provincia de Buenos Aires, Manuel Blanco, el cargo fue motivo de todo tipo de presiones y disputas. El juez Juan Manuel Cullota, que ahora integra el Consejo, tuvo el aval de Cambiemos y pidió su traslado para ocupar el cargo, pero la movida resultó demasiado grosera. El oficialismo intentó la designación, luego lo ubicó como subrogante y al final no tuvo más remedio que seguir adelante con el concurso.
Ramos Padilla fue el que rindió el mejor examen obteniendo 94 puntos a lo que se agregaron 89,50 por antecedentes. El total 183,50 supera en más de diez puntos al segundo. El segundo puesto fue para Domingo Montanaro, que sacó 87 puntos en el examen y totalizó 173.
Cambiemos está en una ofensiva para sacar Ramos Padilla, por lo que hará todos los esfuerzos para evitar que ocupe ese juzgado clave. Tampoco Montanaro le cae muy bien al oficialismo: en la causa de las fotocopias de los cuadernos fue abogado del auditor Javier Fernández, en su momento un operador del kirchnerismo. El tercero en el concurso fue Roberto Boico, abogado de Cristina Fernández de Kirchner en el expediente del Memorándum con Irán. O sea que Cambiemos tampoco lo querrá en La Plata. Las malas lenguas dicen que la Casa Rosada apunta a designar a Laureano Durán, magistrado que no les cae muy bien, pero que representaría para Cambiemos el mal menor. Sería un pase de magia notable: salió en el puesto 11 del concurso. El otro que integraría la terna que se presentará al régimen es Jorge Di Lorenzo.
Una gran pregunta es si el Senado después le dará el acuerdo -se necesitan dos tercios de los votos- a un postulante que pasó del puesto 11 al uno por maniobra de la Casa Rosada.
Resulta curioso que quien recibió a Ramos Padilla el lunes es quien encabeza la movida para echarlo: Pablo Tonelli. El consejero está a cargo de la acusación contra el magistrado y este martes presentará una propuesta de medidas de prueba en la Comisión de Disciplina y Acusación. Tratarán de combatir la presencia o ausencia de Stornelli en Dolores con la noticia sobre el juicio a Ramos Padilla.
En cualquier caso el proceso será largo y todo indica que el oficialismo no tendrá los votos para destituir a Ramos Padilla: se necesitan dos tercios de los consejeros para remover al magistrado.
Fuente: nota de Raúl Kollmann para Página/12
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