Será el 7 de este mes en Montevideo y sólo irán representantes de países que no apoyan ni a Maduro ni a Guaidó. Argentina no fue invitada.
Los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de México, Andrés Manuel López Obrador, buscan reforzar su perfil "neutral" en el conflicto de Venezuela y convocaron a una cumbre de países no alineados ni con el gobierno de Nicolás Maduro ni con el opositor Juan Guaidó.
"Ambos gobiernos han adoptado una posición de no intervención, a la vez que han externado su preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Por ello, han decidido convocar a un diálogo inclusivo y creíble que solucione de una vez por todas la delicada situación por la que atraviesan nuestros hermanos venezolanos", remarca un comunicado difundido por la cancillería uruguaya.
La convocatoria es para el próximo 7 de febrero en Montevideo, donde pretenden discutir una salida diplomática para la crisis venezolana con representantes de más de 10 países y organismos internacionales "que han compartido esta posición" neutral. El comunicado añade que el propósito de la conferencia es "sentar las bases para establecer un nuevo mecanismo de diálogo que, con la inclusión de todas las fuerzas venezolanas, coadyuve a devolver la estabilidad y la paz en ese país".
Según la cartera diplomática uruguaya, este esfuerzo "responde al llamado del secretario general de la ONU, António Guterres, de apostar por el diálogo frente a quienes niegan que exista esa posibilidad".
"El Gobierno de Uruguay está listo para trabajar con aquellos miembros de la comunidad internacional que, al igual que México y la ONU, deseen apostar por la diplomacia", concluye el comunicado.
Debido a los fuertes posicionamientos que marcó el tema venezolano (con apoyos a Maduro y reconocimiento a Guaidó) la cumbre en principio no contaría con ningún otro país latinoamericano ni de los más importantes en términos políticos de Europa. Tampoco, claro, con las tres potencias: Estados Unidos, Rusia y China.
Si bien no hay países confirmados oficialmente, algunos de los cancilleres que podrían arribar a Montevideo son los de Noruega, Suecia, Finlandia, Japón e India, países que se mantuvieron al margen de la disputa. Podrían sumarse a ellos algunos gobiernos africanos y representantes de organismos.
En el régimen fascista argentino dijeron desconocer cualquier convocatoria para participar. Miauricio Macri Blanco Villegas fue uno de los primeros presidentes en reconocer a Guaidó y acaba de reunirse con la "embajadora" trucha designada por el opositor, entre otros gestos fuertes contra Maduro.
Apenas estalló el conflicto, los gobiernos de Uruguay y México evitaron apoyar a uno u otro sector y pidieron "una solución pacífica y democrática", una idea que fue bien recibida en principio por Maduro. López Obrador incluso ofreció que el diálogo se lleve a cabo en México. La propuesta fue compartida por el Papa Francisco.
Sin embargo, en la oposición venezolana descartan cualquier diálogo. Ayer, el sector del ex alcalde Antonio Ledezma consideró que sería darle "tiempo al régimen para que continúe y profundice su tarea destructiva". y agregó que "a estas alturas esa iniciativa solo provocaría darle estatus legal a lo que es una brutal usurpación, que en los últimos días ha llenado los calabozos de presos políticos".
En tanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, consideró que "la mediación es un concepto extraño en este caso, creo que lo más ridículo que podemos hacer de este tipo es el ofrecimiento de mediación porque esto no es un tema de negociar entre dos partes, sino de redemocratizar el país".
Finalmente, el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, criticó aseguró que este tipo de iniciativas solo sirven a Maduro. "Los países que apoyan o toleran a Maduro quieren crear 'grupos de contacto' o 'diálogo' con su régimen ilegítimo. Eso solo sirve para darle más vida a la dictadura", afirmó.
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