La líder de la Tupac Amaru insistió en que se quiere presentar como candidata a gobernadora de Jujuy para derrotar a Gerardo Morales, habló de militancia y del daño que le hicieron a la organización desde que está detenida.
En una casa en el barrio Cuyaya en San Salvador de Jujuy hay serenidad y una felicidad contenida. A ese domicilio volvió Milagro Sala y sólo el puñado de policías de civil que pide el DNI a los que ingresan desentona, pero puertas adentro hay sonrisas plenas. Flota en el aire la sensación de que ella ganó y que lo hizo en sus propios términos. Claro que tiene una condena a 13 años -sin sentencia firme- pero desde el 29 de diciembre último está en su casa, en su territorio, donde cualquier persona es más fuerte y si no es así, se fortalece, se compone para reiniciar sus batallas.
En la casa de dos plantas reina la pulcritud de siempre, los muebles justos y los cuadros, todos, los que tienen pinturas y los que tienen fotos de los padres y las madres de la Patria Grande. Raúl Noro abre la puerta sonriendo pero sólo cuando Milagro Sala aparece se verá plenamente feliz. Ella luce muy bien, delgada, sin un gramo de más y fiel a su estilo: zapatillas y jogging, el pelo negro, largo y suelto y aunque se percibe la energía de siempre, ya no desborda, emerge serena. Y firme como siempre.
Muchas preguntas sobre la dirigente social que hace tres años está detenida y por cuya libertad piden organismos y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, tienen respuesta porque prácticamente no hubo día en la Argentina en la que no se hablara de ella. Claro que mucho para demonizarla. El domingo último el diario La Nación publicó un informe sobre las obras de la Tupac y el miedo de algunos exintegrantes. Se podría decir que el temor es por otra cosa, por un tiempo que se acaba y otro al que se lo ve venir.
Pero ella pudo empezar el 2019 en familia porque la justicia jujeña tuvo que cumplir con una disposición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) organismo de la OEA y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ordenó el arresto domiciliario tras una guerra judicial por la prisión preventiva que incluyó idas, venidas, condiciones aberrantes y arbitrariedades de todo tipo. Desde ahora sólo tendrá una pulsera electrónica para controlar sus movimientos, unos policías en la puerta de su casa y se mantendrá a la espera de novedades en otras causas -17- que se le siguen.
Y lejos de que el silencio gane sus días mantiene una polémica abierta con el gobernador radical de Cambiemos, Gerardo Morales, que pasó ahora a la fase de los asuntos públicos y del gobierno de la provincia norteña.
Consultada sobre qué pasó con la Tupac en estos tres años en los que estuvo detenida, Milagros aseguró que "la Tupac Amaru sigue viva porque no han podido bajar nuestras banderas. Los compañeros siguen marchando, siguen trabajando en las copas de leche, en los centros comunitarios. Gerardo Morales quiso destrozar la Tupac y creyó que metiéndome presa la organización desaparecía de Jujuy, pero no, no desapareció. Se retrocedió un tiempito pero ahora están volviendo a avanzar y con Milagro presa. Hay mucha conciencia de los compañeros. Uno se defiende uno mismo no hay nadie que va a venir de arriba y te va a defender y eso es tener conciencia. Si vos crees que va a venir un iluminado a defenderte, no es así. La necesidad de un pueblo no la defiende un iluminado, se defiende con organización. De esto hablamos muchas veces con los compañeros. Nosotros surgimos de las necesidades, de que nuestros compañeros se iban quedando sin trabajo y la verdad es que la salud y la educación en nuestra provincia no está garantizada. No como dice el juzgado que nacimos porque queríamos armar una asociación ilícita. Todo lo contrario".
"Cuando nació la Tupac pasaba lo mismo que ahora aunque actualmente es mucho peor. "Ese monstruo", como dicen Macri y Morales, de las organizaciones sociales nacieron por la gran desocupación y entonces no había quién contuviera a esos sectores. Recuerdo que en ese tiempo la CGT no atendía desocupados, sólo a los trabajadores en blanco. Y nosotros nos empezamos a hacer cargo de todo con una consigna muy fuerte: no armar pelotón de desocupados sino formar conciencia. Eso lo llevamos a todos lados y hasta el día de hoy lo levantamos", agregó.
Tras la detención de la dirigente jujeña el 16 de enero del 2016 se inició un proceso para demoler a la organización barrial con el objetivo de destruir a MIlagro Sala. Eso incluyó el cierre de espacios físicos que brindaban servicios a la población. “Gerardo Morales nos quitó la sede, la escuela primaria, secundaria y terciaria. Todo está vallado por la policía pero todo eso es nuestro. Nadie nos dio plata para hacer tres tremendas sedes. Plata que quedaba, plata que usábamos para la construcción. Se compraron cuatro casas para armar el colegio secundario y terciario y ellos nos quitaron todo diciendo que nos robamos todo, que somos delincuentes. Todo está invertido en obras, está en el cemento, en bloques, en ladrillos. Está en las obras y están todas hechas”, sostuvo la referente social.
Aunque hay dolor, mucho, por las pérdidas que objetivamente sufrió la Tupac, MIlagro Sala mira al futuro porque ya lanzó su candidatura a la gobernación y pese a que sabe que en ese camino encontrará mil obstáculos tiene la decisión de tomarlo.
"Sí, quiero ser candidata y acepto un desafío grande porque deje la provincia como la deje, sin un peso, quiero ser candidata. El temor de ellos es que uno llegue a la gobernación y empiece a descubrir lo que venimos diciendo sobre todos los negocios que tienen", dijo.
"Estos tipos nos tienen mucho miedo, que salgamos a trabajar a los barrios. Acá hay dos encuestas radiales, una es de una FM que responde a muerte al gobierno de la provincia. La primera semana de enero -el cinco- Gerardo media 57 y quien te habla, 43; cuando termina la encuesta Gerardo mide 55 y quien te habla 45. La otra encuesta es similar a esa. Yo sin hacer nada, presa, él con toda la prensa a favor, los trolls que tiene, el poder completo y quien te habla sin hacer nada mide 45", aladió.
Milagro Sala sigue: “Si me preguntas si estoy contenta por tener tanta fama, a mÍ no me interesan la fama ni la popularidad. Yo me identifico con una hormiguita y por eso a la humildad no la voy a perder nunca. Voy a seguir trabajando, mañana cuando ponga un pie en la calle voy a seguir trabajando yendo a las villas a los asentamientos. Voy a seguir yendo a la cancha, que me encanta. Seguiré haciendo, no voy a cambiar. La fama no me interesa, siento que soy así y voy a morir así”.
Milagro remarcó que durante estos tres años de cárcel la acompañaron y sostuvieron los amautas (sabios) y líderes espirituales de distintos pueblos indígenas que estuvieron con ella minuto a minuto. Por eso dice “no hay que cansarse de hablar, no hay que cansarse de militar. Simplemente no bajar los brazos. Con todas las cosas que me hicieron, yo lloré, lloré porque soy humana, tengo sentimientos, tengo un corazón que me late, pero ellos no me hicieron agachar la cabeza nunca. Hice una huelg de hambre diez días y no les tiré ni una lágrima. Ellos querían que llore y suplique pero no lo voy a hacer nunca, yo soy coya, dura y me siento orgullosa de ser coya”.
Fuente: nota al Alba Silva para Infonews
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