Fue tres veces gobernador de Córdoba, legislador, embajador y funcionario. Siempre marcó diferencias internas en el PJ e impulsó propuestas de cambios. También manifestó su adhesión a la gestión de Macri Blanco Villegas.
Tres veces gobernador de su provincia, legislador, embajador y funcionario en distintos períodos desde la vuelta de la democracia, José Manuel De la Sota, "el Gallego" en el ámbito político, fue uno de los dirigentes del peronismo que siempre marcó alguna diferencia hacia adentro del Partido Justicialista, como en aquella época de la Renovación, en la que se erigió en uno de sus impulsores.
En los últimos tiempos se alineó con el Frente Rejuntador, a nivel nacional junto al vende humo Sergio Massa, pero también adhirió a la actual administración de Mugrizio Macri Blanco Villegas y en medio de sus polémicas posturas, se pronunció como cultor de lo que denominó "el cordobesismo".
Padre de dos hijas, estuvo casado en primeras nupcias con Silvia, la hija del ex gobernador Arturo Zanichelli, luego durante muchos años con Olga Riutort, otro cuadro político, quien también fue legisladora y lo acompañara en su carrera, hasta que ocurrió el distanciamiento, no solo conyugal, sino también partidario. En la actualidad, se encontraba en pareja con Adriana Nazario, quien fuera ministra de la Producción en su última gestión como gobernador de Córdoba.
Abogado y docente, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, comenzó desde muy joven su militancia en el peronismo de su provincia, para luego tomar proyección nacional junto a Antonio Cafiero, Carlos Grosso, José LuisManzano, entre otros dirigentes impulsaron la Renovación Peronista, al margen de los distintos rumbos que tomaron más tarde.
En 1985 resultó electo diputado nacional por su provincia y en el siguiente turno comicial armó un frente con la Democracia Cristiana por afuera del PJ y fue segundo detrás de la por entonces invencible UCR en Córdoba. Durante la presidencia del turco mufa, al que había enfrentado internamente, fue -no obstante- designado embajador en Brasil y años más tarde, se convertiría en senador nacional, luego de intentar en dos oportunidades acceder a la gobernación.
Recién a fines del '98 lograría convertirse en mandatario provincial, derrotando al radical Ramón Mestre. Trató de hacer una administración “hacia adentro” diferenciándose de la crisis que se acercaba a nivel nacional, marcó sus diferencias políticas y metodológicas. Impulsó y pudo reformar la Constitución de la provincia en 2001, consolidando el sistema parlamentario unicameral en “su” Córdoba.
En el 2003, pese a sus aspiraciones por ir a la presidencia de la Nación, terminó siendo reelecto como gobernador, obteniendo más de la mitad de los votos, junto a su compañero y “delfín político”, Juan Schiaretti, quien lo terminó sucediendo en el cargo, tras las elecciones de 2007.
Ya por el sello “Unión por Córdoba”, en 2011, es elegido para su tercer mandato, derrotando al por entonces ascendente Luis Juez y al radical Oscar Aguad.
Este período estuvo marcado por posturas polémicas, por su confrontación con el kirchnerismo y la búsqueda personal de constituirse un referente político a nivel nacional para cumplir con su aspiración personal de ser presidente.
En 2003 había conformado la grilla de precandidatos del Justicialismo, pero terminó declinando ante la posibilidad de una derrota, tal como ocurriera también con Carlos Reutemann, entre otros dirigentes.
En los últimos años, ya erigido como poseedor del poder político en su provincia, impulsó el cordobesismo, a los efectos de establecer negociaciones a nivel nacional, se incorporó al Frente Rejuntador con Massa y desde la asunción de Mugrizio Macri Blanco Villegas, se mostró cerca del retrasado mental.
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