lunes, 23 de septiembre de 2019

Si las elecciones fueran hoy el Frente de Todos ganaría por el 52,6 por ciento

Un sondeo del CEOP revela que la principal fórmula opositora aumentó su intención de voto desde las PASO porque encarna el estado de ánimo generado por la crisis y canaliza la bronca contra Macri Blanco Villegas.



Si las elecciones fueran hoy, la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ganaría por el 52,6 por ciento contra un 34,3 por ciento de Juntos por el Cambio. Así lo revela el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), de Roberto Bacman. Esos números son consistentes con el estado de ánimo reinante. Ocho de cada diez personas sienten bronca o tristeza contra solo un 17,7 de esperanzados.

En el sondeo Consenso Federal de Roberto Lavagna aparece con 8,9 por ciento, el Frente de Izquierda con el 2, Nos de Juan José Gómez Centurión con el 1,4 y José Luis Espert con el 0,8.

Bacman organizó una encuesta por muestreo probabilístico con abordaje presencial en hogares (es decir, no telefónica), de alcance nacional, con 1805 casos en todo el país y un error de 2,31 por ciento hacia arriba o hacia abajo. Los encuestadores fueron al campo de trabajo entre el 6 y el 15 de septiembre. Antes del aumento de la nafta de un 4 por ciento, para mencionar una novedad posterior.

En clave electoral, el estado de ánimo indica puesto en contexto indica, según Bacman, que “bronca más tristeza conducen a votar a una opción opositora que les brinde esperanza y seguridad”. El titular del CEOP añadió que “frente a este panorama, es muy difícil para el oficialismo encontrar un eje de campaña que trascienda sus propios votantes, porque apenas alrededor del 20 por ciento se muestra esperanzado o contento”. Para Bacman “es muy poco, demasiado exiguo, y representa a su núcleo duro, sostenido por el antiperonismo y el anticristinismo feroz”.

El estado de bronca es representativo de más de la mitad de la población consultada. Nada menos que un 53,2 por ciento. La tristeza alcanza el 24,6 por ciento. Dice estar contento un pequeño porcentaje: 2,1 por ciento. Por edad, la bronca llega al 61,3 por ciento en la franja de 16 a 24 años. Por región, así se siente el 60 por ciento de los consultados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.

“Lo más interesante, cuando faltan algo más de seis semanas para la realización de los comicios presidenciales del 27 de octubre, es que la economía sigue influyendo y ocupando de manera indudable el centro de la escena”, dijo Bacman y agregó que “no hay nada que se pueda hacerlo para evitarlo, porque así se dieron las cosas y así estarán el 27 de octubre".

De acuerdo con el sociólogo, “los datos que se desprenden de esta encuesta son una comprobación empírica de que el mal humor social involucra a la mayor parte de los argentinos”.

El 60 por ciento se repite como referencia ante otros interrogantes planteados en la consulta. Por ejemplo, cuando la pregunta es por la responsabilidad de la situación económica del país y el sondeo pone al ex hijastro de Flavia Palmiero en primer lugar. Un dato a tener en cuenta para el 27 de octubre es que también considera responsable al retrasado mental el 18,5 por ciento de quienes votaron por la fórmula Macri Blanco Villegas-Pichotto en las PASO.

¿Cuáles son las expectativas en caso de que gane el hijo bobo de Franco Macri y sea reelecto? Otra vez la misma cifra: un 57,1 por ciento piensa que todo será peor (39,7 por ciento) o continuará igual de mal (17,4 por ciento). El idiota confeso ni siquiera retendría la adhesión de los mayores como en 2015. En los que ya cumplieron 60 años el 53,2 por ciento se declaró pesimista si Juntos por el Cambio sigue en la Casa Rosada.

“En este último mes, además, el humor social empeoró y las expectativas de los argentinos de que esta gestión pueda revertir la actual situación económica y social están encapsuladas, al menos hasta el momento, en sus propios votantes duros”, de acuerdo con el análisis de Bacman.

Por el contrario, Alberto Fernández genera expectativas de mejora. Con matices, eso sí. El 59,5 por ciento de quienes contestaron que las cosas mejorarán con Alberto presidente se divide entre “mejorarán mucho” (16,6 por ciento) y “mejorarán algo”, con un 42,9 por ciento que puede resultar positivo para el eventual nuevo mandatario: la cifra mostraría que las expectativas no son desmesuradas. El salto de Fernández es notable si se lo compara con la expectativa registrada antes de las PASO del 11 de agosto. El “mejorarán” nucleaba al 44,5 por ciento. O sea que después de las PASO el optimismo en relación con AF subió 15 puntos. Los más entusiastas, con el 62,7 por ciento, revistan entre los 25 y los 39 años.

El CEOP preguntó quién cree cada uno que ganará la elección, una medición cada vez más valorada por los especialistas en opinión pública. El 73,1 por ciento dijo que Fernández. Solo el 17,4 por ciento respondió que Macri Blanco Villegas.

“Aunque ya suene obvio, no debe tomarse a la ligera que la marcha de la economía y la grave crisis económica y social que atravesó la Argentina, especialmente desde la corrida cambiaria de abril del año pasado, se ha constituido en la principal consigna de referencia dominante para que el Frente de Todos lograse imponerse en las primarias por más de 16 puntos”, sostuvo Bacman.

¿Es solo la economía? Respuesta de Bacman: “La economía no se convirtió en dominante por gracia divina. Fue necesario construir un andamiaje político que le diera forma y contenido a la esperanza y este aspecto se centró en la decisión política como elemento central y fundante”. Traducción cruda del propio consultor: “El disparador político radicó en la construcción de la unidad del peronismo”. Ejemplos aportados por Bacman: “Hay que computar desde la decisión de Cristina de postular a Alberto hasta la determinación de Sergio Massa de integrarse a la coalición, pasando por los rápidos esfuerzos de Alberto Fernández a fin de mostrarle a la opinión pública que se estaba construyendo un nuevo espacio peronista, con todos los que querían estar, con los que estuvieron y se fueron y con los gobernadores”.

Imágenes

La imagen de Macri Blanco Villegas es negativa en 27,4 puntos de saldo. Es la diferencia entre la negativa (63,2 por ciento) y la positiva (35,8 por ciento). De ese 63,2 el 48,3 tiene una opinión muy negativa del pelotudo hijo de puta. No solo en los sectores populares la imagen negativa es alta, con un 71,2 por ciento. También en la clase media, donde llega al 52,4 por ciento.

Al medir la gestión los números del retardado son aún peores. Tiene un saldo negativo de casi 40 puntos. Desaprueba el 68,7 por ciento y aprueba el 30,5 por ciento. La gestión tiene un 49,3 por ciento de quienes desaprueban mucho y un 19,4 de los que desaprueban algo. La desaprobación total llega al 74 por ciento entre la gente de 25 a 39 años. Un panorama similar revela el nivel de confianza en el régimen. Confía el 27,1 por ciento contra poca o ninguna confianza del 72,7 por ciento. El grupo de “ninguna” es del 48,9 por ciento. En cuanto al rumbo del país, es equivocado para el 64,6 por ciento. También es equivocado el rumbo para dos de cada diez personas que votaron por Macri Blanco Villegas en las PASO.

La imagen de Alberto Fernández ya tiene un saldo positivo neto de 9,3 puntos, los que marcan la distancia entre la positiva (50,7 por ciento) y la negativa (41,4 por ciento). Cristina Fernández de Kirchner sigue subiendo en la valoración positiva, que pasó de 38,4 por ciento en septiembre de 2018 a un 49,2 actual. La negativa, levemente mayor, con un 49,6 por ciento, decreció diez puntos desde el 59 por ciento de 2018.

Roberto Lavagna tiene saldo positivo. Son 9 puntos. El ex ministro de Economía de Néstor Kirchner “ha mejorado su popularidad, e incluso evidencia una leve tendencia al crecimiento”. Revirtió su saldo negativo de abril de este año. Este indicador, según Bacman, “es otra de las demostraciones de por qué, al menos hasta el momento, Lavagna logra sostenerse en un valor que se ubica en el orden del 8/9 por ciento en la intención de voto y se constituye en un dique de contención de una polarización todavía mayor”.

Bacman le otorga importancia al “crecimiento de alrededor de 7 puntos de Alberto Fernández respecto del 18 de mayo, cuando Cristina anunció la precandidatura a Presidente por el entonces incipiente Frente de Todos”. La misma CFK representa, para el líder de CEOP, “un caso de resiliencia política de gran envergadura”.

Mirando desde géneros, regiones y edades la tendencia favorable a Fernández también se confirma. “Según datos de esta última encuesta, se impone en ambos géneros. La diferencia es más significativa entre los votantes más jóvenes (segmento ampliado de 16 a 39 años). Y solo está apenas por debajo en el tramo etáreo de los de mayor edad, segmento en el que obtuvo una diferencia importante en su contra tanto en el 2015 como en el 2017. También se impone en el Gran Buenos Aires, en la mayor parte de los grandes núcleos urbanos de nuestro país y en el interior, lo cual es lógico: en las PASO el Frente de Todos ganó en 22 de las 24 provincias, con la sola excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba".

Cuando se tiene en cuenta la variable de nivel socioeconómico del entrevistado, Bacman recomienda “una lectura más a fondo” y detectar que Fernández “se impone en los sectores medios (C2-C3) y con gran diferencia entre los representantes del estrato más bajo de la pirámide (D1-D2)”

El sociólogo recomienda no desdeñar este fenómeno. “Explica un cambio de conductas electorales que no se observaba desde 2011, que en definitiva fue el último triunfo electoral del kirchnerismo"

“La coalición opositora rescató también al clásico votante peronista y logró con éxito y en muy poco tiempo volver a unir voluntades que votaron de manera diferente y heterogénea en los últimos ocho años”, añadió Bacman.
Fuente: nota de Martín Granovsky para Página/12

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