La máxima autoridad monetaria del país rehuye a reconocer culpas propias. Apuntó a "los desequilibrios acumulados por años" y a la reacción de los mercados al resultado electoral del 11 de octubre.
El presidente del Banco Central Guido Sandleris intentó justificar la crisis financiera en la falta de consensos para manejar la macro. “Las dificultades económicas de nuestro país no son nuevas. No son del último año ni de los últimos cuatro”. El titular de la autoridad monetaria expuso en un evento de la Fundación FIEL y mencionó que el mercado sobrerreacciona con los argentinos a diferencia de lo que ocurre en otros países de la región.
“Este no es un momento fácil. Es en tiempos como éste donde los desequilibrios macro que se acumularon por años tienen un impacto palpable en la vida cotidiana de la gente”, mencionó y agregó que “no construimos un colchón de ahorro público que ayude a suavizar el nuevo sudden stop (freno en el crédito externo). El funcionario no lo dijo, pero el endeudamiento acelerado desde 2016 junto con la apertura irrestricta de los flujos de capital fueron los dos motivos que potenciaron la pérdida de confianza.
Sandleris aseguró que el estallido cambiario y de riesgo país después de las elecciones de agosto tiene distintas explicaciones. “El domingo 11 de agosto la reacción de los mercados al resultado electoral fue contundente. El precio de los bonos comenzó a caer y el tipo de cambio a subir esa misma noche”, sostuvo y planteó que la devaluación fue ineludible, dijo, sin explicar por qué el Central no intervino para contener las presiones cambiarias. El lunes 12 de agosto el valor del dólar trepó un 30 por ciento. Ese día se operaron menos de 500 millones de dólares. La cifra fue la mitad de lo que se venía operando hasta ese momento. La autoridad monetaria tenía margen para intentar contener la escalada de la divisa.
“Una economía más sólida hubiera sufrido menos el impacto de la incertidumbre electoral”, apuntó Sandleris. La corrida de agosto no fue la primera de la gestión. Fue el tercer salto de la divisa en menos de un año y medio, sin prácticamente ningún tipo de regulación. Los controles cambiarios aplicados en septiembre llegaron tarde. En agosto se fugaron 6 mil millones de dólares del mercado interno. Es la cifra más elevada para un mes desde que el Banco Central publica estas estadísticas, a partir de enero de 2003.
El presidente del Banco Central dijo que la falta de acuerdo macroeconómico es el principal desequilibrio del país. “Es muy difícil que las empresas inviertan, las personas planifiquen a futuro y se edifiquen bases para el crecimiento y el desarrollo si existe el riesgo de que la política económica de un país oscile como un péndulo, de un extremo a extremo”, dijo. El propio Banco Central, en los últimos 9 meses, cambió radicalmente la hoja de ruta y no se cumplió ninguna de las promesas hechas a los inversores sobre inflación y dólar.
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