En un año, la deuda bruta creció más de 22 mil millones. Casi en su totalidad, es el resultado del endeudamiento con el FMI.
La deuda externa bruta totalizó 283.567 millones de dólares en el segundo trimestre, lo cual implica una suba de 22.091 millones de dólares frente a la marca del mismo período del 2018. Ese incremento se debe prácticamente en su totalidad al endeudamiento con el FMI.
El INDEC difundió el jueves su informe de balanza de pagos y deuda externa. El segundo trimestre tuvo como particularidades una mejora del resultado del comercio de bienes y servicios pero fuerte suba en el pago de intereses de la deuda y giro de utilidades y dividendos al exterior.
El deterioro de la capacidad de endeudamiento y la fuga de capitales se solventaron con el ingreso de dólares del FMI. Las reservas del BCRA en el período bajaron 1773 millones.
La balanza de pagos registra el intercambio de la economía argentina con el resto del mundo. Tiene como uno de sus grandes capítulos a la cuenta corriente, en donde se reflejan flujos cotidianos con el exterior, como exportaciones e importaciones de bienes y servicios, viajes al exterior o ingreso de turistas no residentes y pago de intereses y giro de utilidades y dividendos. En el caso de la balanza comercial, que mide la evolución de las exportaciones e importaciones, el segundo trimestre arrojó un saldo positivo de 4159 millones de dólares. Ese resultado se explica por la mejora de la cosecha gracias a las condiciones climáticas y a la suba de márgenes de ganancia por el dólar caro, mientras que las importaciones se deprimieron por la crisis interna. De la mejora de algo más de 1000 millones de las exportaciones en el segundo trimestre frente al mismo período de 2019, unos 900 millones se explican por las mayores exportaciones de maíz y de porotos de soja. En cambio, las exportaciones industriales cayeron. Por el lado de las importaciones, la caída en términos netos fue de 4797 millones de dólares en relación al mismo período del año pasado a raíz de la menor demanda interna.
Por su parte, la balanza comercial de servicios arrojó un resultado negativo de 1494 millones de dólares, de los 675 millones se explican por el saldo de la cuenta viajes. Más allá del déficit en la cuenta viajes, la devaluación en relación al año pasado provocó que una mejora interanual de los ingresos de divisas provenientes de viajeros de 36 millones de dólares, mientras que redujo la salida de divisas para ese fin en 765 millones.
El otro componente de la cuenta corriente es el pago de intereses y giro de utilidades y dividendos, que tuvo un déficit en el segundo trimestre de 5305 millones de dólares, explicados en 3700 millones por el pago de intereses de deuda externa y en 1587 millones por el giro de utilidades y dividendos. El crecimiento del déficit fue de 655 millones en la comparación anual. Desde que comenzó el proceso de fuerte endeudamiento externo de parte de la administración Cambiemos se produjo un marcado deterioro en la cuenta de pago de intereses de la deuda, que ocupan una parte cada vez más importante de los presupuestos de los Estados a nivel nacional y provincial y también de empresas.
En total, la cuenta corriente arrojó en el segundo trimestre un déficit de 2561 millones, una mejora relativa al dato del año pasado (-8500 millones) y de 2017 (-6734). Esa evolución se explica por el impacto de la devaluación y de la crisis interna, que mejoró la posición comercial en términos de entrada y salida de divisas.
En paralelo a la cuenta corriente está la cuenta financiera, que registra movimientos de capital, como por ejemplo toma de deuda y amortización de capital de la deuda, inversión extranjera directa y también la fuga de capitales. La inversión directa motivó un ingreso de capitales neto de 542 millones, lo cual representa un deterioro un interanual de 1739 millones. Según el Indec, esa caída se explica por “una merma en la reinversión de utilidades en las sociedades no financieras debido a un incremento en los giros realizados”. Es decir que producto de la crisis y del achicamiento del mercado interno, las empresas extranjeras redujeron la reinversión y en cambio aumentaron el giro de divisas al exterior.
Por otra parte, se contabilizó una salida de divisas de 5404 millones de dólares correspondientes a la “fuga de capitales” y el ingreso de 10.838 millones gracias al endeudamiento con el FMI. Las reservas cayeron en 1773 millones.El capítulo de las inversiones financieras (toma de deuda y vencimiento de capital) mostró un claro deterioro, por la mayor cancelación de vencimientos en relación al ingreso de nuevo endeudamiento. El saldo de este capítulo fue de -5305 millones, 3207 millones por debajo del nivel del año pasado, cuando el país ya estaba en una posición mala pero aun así algo mejor en términos de acceso al financiamiento externo. Esa evolución se explica por el mayor pago de deudas de bonos como el BIRAD, Lecap, Bonar Dual y Letes.
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