Marcio Barbosa, nexo entre el ex ministro y el titular de Diputados, empezó a reagrupar a la tropa randazzista que ocupa cargos en el régimen.
El acuerdo entre Alberto Fernández y Florencio Randazzo, sellado el miércoles en un almuerzo en el Hotel Faena, podría acelerar el acercamiento de Emilio Monzó al candidato presidencial del Frente de Todos, que lo quiere dentro de su proyecto.
El ex ministro de Transporte y el titular de la Cámara de Diputados tienen una vieja amistad y, después de la salida del kirchnerismo del gobierno, parte del randazzismo se reclutó baja el ala de Monzó.
El caso más emblemático es el de Marcio Barbosa, ex viceministro de Randazzo a quien Monzó ubicó como cabeza de la estratégica Secretaría General de la Cámara de Diputados. Barbosa -que a principios de año amagó a trabajar por la candidatura de Lavagna- actúa como una especie de nexo entre los dirigentes de Chivilcoy y Carlos Casares.
En ese sentido, Barbosa ya empezó a moverse para concretar el desembarco randazzista en el albertismo. En los últimos días se encargó de reunir a la tropa que el ex ministro ubicó en el régimen, en parte gracias a las gestiones de Monzó. Esa "colaboración" de Randazzo con la Rosada es la que genera urticaria en el kirchnerismo duro.
En la lista de randazzistas en el régimen macrifascista, además de Barbosa están Matías Galparsoro, un ex gerente de SOFSE que Macri Blanco Villegas designó gerente de la Línea Belgrano Sur, y Sebastian Bruschetti, ex vicepresidente de SOFSE y ahora gerente de la Línea San Martín.
Todos ellos -y otros randazzistas dispersos- esperan precisiones sobre el acuerdo y los pasos a seguir cuando vean a Randazzo este fin de semana en el casamiento de Ignacio "Nacho" Casasola, mano derecha del ex ministro y jefe directo de todos ellos en la administración de los trenes durante el kirchnerismo.
Casasola fue el primer randazzista en ensayar un acercamiento al kirchnerismo cuando meses atrás participó en Chivilcoy del acto de cierre de la lista de Constanza Alonso -la candidata del kirchnerismo local- junto a Axel Kicillof.
El coqueteo con Alberto con Monzó tiene algunas complicaciones. Como se sabe, el ex jefe de gabinete quiere de alguna manera integrar a su esquema a toda la gente del titular de Diputados, la mayoría excluidos por el macrifascismo en el último tiempo y otros con asientos que pueden ser clave en la cámara baja y en la legislatura bonaerense.
No obstante, al mismo tiempo que se produce este acercamiento Monzó empezó a analizar el armado de la futura oposición con Horacio Rodríguez Larrata. Esta jugada con Alberto generó muchas dudas cerca del jefe de gobierno porteño, donde empezaron a cuestionar a Monzó por poner un pie en cada plato.
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