lunes, 26 de agosto de 2019

La movilización de los globoludos sorprendió al régimen pero toman con cautela su efecto en la elección de octubre

Dudan si es la "Plaza del Adiós" o la "Plaza del Milagro". Prevalece la prudencia a la hora de medir su impacto electoral.


En la Casa Rosada se muestran cautos al momento de evaluar las repercusiones que puede tener en la campaña la fuerte movilización a Plaza de Mayo en apoyo a Miauricio Macri Blanco Villegas. Las posturas en el régimen era disímiles en la noche del sábado. Había sectores que aseguraron que la marcha era un impulso a no resignarse y a pelear la elección y otros que planteaban que la diferencia es muy difícil de remontar.

Pero si algo primaba en el oficialismo era la cautela al momento de evaluar qué efecto podría tener esto en la elección de octubre en donde el gobierno deberá revertir un resultado por demás adverso, que si se miden los votos positivos llega a los 17 puntos de diferencia.

Incluso hubo voces críticas. "¿Fue un éxito?", se preguntaba alguien que conoce los ministerios del régimen. "Creo que esto expone aún más la urgencia del gobierno de mostrar algo positivo", agregaba.

El sociólogo Marcos Novaro puso sus reparos al efecto que esta movilización puede tener en la elección. En una entrevista con TN consideró que "no es lo mismo mantener el animo combativo de los votantes más fieles, que lograr recuperar al votante perdido".

Novaro cuestionó la postura de un sector del régimen -que encabeza la desquiciada Elisa Carrió- de proponer la dureza en las declaraciones y la polarización extrema como herramienta para recuperar al electorado perdido. El politólogo graficó que la paciente psiquiátrica ambulatoria plantea que del lado del macrifascismo está la República y al frente "los enemigos" de la República. "El problema es que los datos económicos no son precisamente alentadores", aseguró Novaro.

En otra rama del régimen recordaban las escenas finales del gobierno de Cristina donde llenó la Plaza de Mayo pese a perder la elección de 2015 y la militancia coreaba "¡vamos a volver!". En ese sentido, el debate dentro del macrifascismo es si es lo que ocurrió este sábado fue una "Plaza del Adiós" o una "Plaza del milagro".

Con todo, la movilización sorprendió al régimen y al propio hijo bobo de Franco Macri. En particular por la espontaneidad de la convocatoria, que surgió desde las redes sociales a partir de una propuesta del actor y militante radical Luis Brandoni y el cineasta Juan José Campanella.

"Queda mucho por hacer todavía. Por lo pronto, el sábado 24: salgamos a las calles y las plazas de todo el país", decía Brandoni a través de un video que se viralizó en las redes. "Hay que prepararnos para la del 27 de octubre, con fiscales en todas las mesas, convencidos y seguros: perdimos la república muchas veces: otra vez no", sentenció. "Abrazos y ¡viva la patria, eh!", arengaba desde Madrid.

Por su parte, Campanella, un activo usuario de Twitter -allí cuenta con más de 750 mil seguidores- fue el primero en dar el paso y arrancar con la convocatoria. "Este finde son los últimos dos días para lamentarse. Desde el lunes empezamos de nuevo el juego de la democracia. Hay otra oportunidad de patear el penal. Si esto no es épica, ¿la épica dónde está?", escribió junto al primer flyer que se difundió con el lema "Vamos a darla vuelta".

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