El candidato a presidente por el Frante de Todos almorzó ayer en el Senado para analizar la decisión del gobierno de abrir una nueva negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y postergar los pagos de tenedores de deuda pública bajo jurisdicción nacional y extranjera.
Alberto Fernández estuvo acompañado por Carlos Caserio, titular de la bancada peronista de la Cámara Alta, y el dirigente Fernando "Chino" Navarro, quienes habían previsto el almuerzo para diseñar la campaña electoral en Córdoba.
Miauricio Macri Blanco Villegas decidió que las normas para regular su decisión de demorar los pagos de la deuda pública con legislación local se empiecen a tratar en la Cámara Alta.
Ese DNU, más el proyecto de ley que fijará nuevas reglas para tenedores de títulos públicos bajo jurisdicción local, son las iniciativas que esperan Fernández y sus aliados parlamentarios para decidir cómo actuaran frente a la decisión financiera anunciada por Lacunza.
El proyecto de ley entraría entre lunes y el martes próximo, aunque desde el oficialismo dejaron entrever que no estarían apurados por su tratamiento, ya que se trata de vencimientos que caerían en el próximo mandato de gobierno.
La intención del régimen macrifascista es llevar a la oposición a discutir el tema de la deuda "y compartir los costos políticos", pero descartan que no tendrá un trámite rápido.
Un importante legislador del oficialismo sostuvo que ve a la oposición "muy prudente, debido a que es un tema que los afecta directamente si son el próximo gobierno".
En este contexto, Fernández reiteró durante el almuerzo que no hará declaraciones hasta conocer los detalles de los proyectos que remitirá el Poder Ejecutivo.
El candidato presidencial por el Frente de Todos desconfía del hijo bobo de Franco Macri y sólo moverá cuando esté seguro respecto a las disposiciones legales que propone la Casa Rosada para atenuar la crisis de los mercados.
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