Según los datos oficiales de junio, en el último año y medio se destruyeron 228 mil puestos solamente en esta categoría de asalariados.
La crisis económica argentina provocó un nuevo récord de destrucción de empleos. Por primera vez en la era Macri Blanco Villegas, la cantidad de puestos de trabajo formales de asalariados privados cayó por debajo del nivel del 2014.
Según los datos de junio que divulgó la secretaría de Trabajo, solamente en esta categoría se perdieron 228.200 vacantes en el último año y medio que hicieron que la totalidad de asalariados privados registrados baje a 6.069.000.
La cifra no solamente refleja una destrucción neta de puestos laborales, sino que también permite imaginar la cantidad de personas que no pudieron incorporarse al mundo del trabajo. De proyectar los 6.075.000 asalariados que existían en 2014 con el crecimiento vegetativo de la población que avanza a un 1,1% anual, en estos momentos deberían existir unos 344.557 empleos más.
Se trata del rubro más afectado desde que comenzó la gestión Cambiemos, que se vio parcialmente compensado por una suba del resto de las categorías como monotributistas, personal de casas particulares y estatales, rubros usualmente vinculados con un menor "empleo de calidad".
Aun así, la totalidad de los trabajadores registrados se redujo en 274.500 vacantes desde enero del 2018 y ya se encuentra por debajo de los niveles de hace dos años atrás.
En esta oportunidad, las actividades más perjudicadas contra junio del año previo fueron la industria manufacturera (-5,4%), comercio y reparaciones (-4%) y transporte, almacenaje y comunicaciones (-3%). En cambio, la explotación de minas y canteras (+5,2%), la agricultura (+2,3%) y pesca (+1,4%) fueron de las pocas que pudieron incrementar su personal.
Por su parte, en el ámbito geográfico, las provincias de Neuquén (4,6%), Santa Cruz (1,3%) y Salta (0,8%) presentaron el mayor dinamismo; y Tierra del Fuego (-10,8%), Catamarca (-8,1%), Formosa (-6,2%) y Chaco (-6%) marcaron los peores desempeños.
Como agravante, las expectativas de los empresarios no son las mejores para los próximos tres meses. Según la encuesta de indicadores laborales (EIL), el 90,9% de las empresas dijo esperar mantener estable sus dotaciones, un 4,1% proyectó aumentarla y un 5,2% consideró que su dotación disminuirá, dando un saldo negativo del 1,1%.
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