Aunque fue un encuentro hermético, trascendió que los obispos le recordaron al funcionario las "condiciones y actitudes" que deben existir para sostener un diálogo.
Las máximas autoridades de la Iglesia católica argentina recibieron al jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun Menéndez, y reclamaron al régimen macrifascista la necesidad de mantener un “diálogo fructífero y auténtico” para afrontar la “delicada” situación del país.
Según informó la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal (CEA), la reunión se realizó ayer por la mañana en la sede de la CEA del barrio porteño de Retiro.
Del encuentro participaron el obispo de San Isidro y presidente de la CEA, monseñor Oscar Ojea; el arzobispo de Buenos Aires y vice de la CEA, cardenal Mario Poli, y el obispo de Chascomús y secretario general de la CEA, Carlos Malfa.
Fuentes eclesiásticas revelaron que los tres integrantes de las Comisión Ejecutiva fueron los que accedieron al pedido de audiencia del funcionario, quien “días atrás” había solicitado reunirse con la cúpula de la Iglesia. Peña Braun Menéndez concurrió acompañado por el secretario de Culto de la Nación, Alfredo Abriani.
Herméticos, desde la Oficina de Prensa aseguraron que la reunión fue a “agenda abierta”. El jefe de Gabinete “compartió a los obispos un amplio informe sobre la situación del país, en el que expresó la necesidad del diálogo para afrontar los desafíos que presenta la situación actual”, informaron sin demasiado detalle.
En respuesta, el ministro coordinador del gabinete de Miauricio Macri Blanco Villegas se llevó una aclaración. “Los obispos conversaron con Peña sobre las condiciones y actitudes que siempre se requieren para un dialogo fructífero y auténtico, más aún por la situación delicada del país en esta coyuntura”.
El encuentro entre el régimen y la Iglesia se produjo a pocos días de que la totalidad de los obispos argentinos viajen a Roma -entre el 28 de abril y el 18 de mayo- para la tradicional visita "ad limina"que realizarán al papa Francisco, para llevarle un diagnóstico de la situación del país y de la Iglesia, incluyendo su "preocupación social".
También ocurre luego de que Ojea advirtiera que el régimen "ve con optimismo el futuro a mediano plazo", pero que desde la Iglesia están "hondamente preocupados por los términos inmediatos" y alertaran sobre el "humor social" y "un síntoma de depresión" que se advierte en la sociedad.
"Hablamos de la necesidad de avanzar y profundizar en el diálogo. Fue una charla para que los obispos sepan de primera mano cómo estamos viendo el proceso económico, la situación política y social, el año de elecciones", contó en declaraciones a la agencia oficial Télam el secretario de Culto.
Tanto fuentes oficiales como episcopales definieron la charla -de la que no hubo fotos oficiales- como "muy positiva, distendida y sincera".
"Sin diálogo es imposible gobernar", fue una de las frases que el obispo de San Isidro le dedicó a los visitantes, según revelaron voceros religiosos.
Otros temas que estuvieron presentes en la conversación fueron la lucha contra el narcotráfico y la ayuda que el Estado nacional le viene otorgando a los Hogares de Cristo, que son centros que la Curia pose en distintas partes del país para contener a jóvenes de zonas vulnerables con problemas de adicciones.
Hubo dos temas sensibles que no formaron parte de la conversación: una eventual visita de Francisco a la Argentina en 2019 y el debate sobre el aborto, que generó cortocircuitos entre la Iglesia y el hijo bobo de Franco Macri, que decidió impulsar el debate en el Congreso.
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