El gobernador sorete de Santa contrastó su gestión con la nacional. "La coparticipación es una dádiva", se quejó.
Juan Manuel Urtubey aprovechó ayer su último discurso de apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura de Salta para marcar un contraste entre su gestión y la de Miauricio Macri Blanco Villegas al frente del Ejecutivo nacional.
"Siempre dije que si al gobierno nacional le va mal, le va mal a la gente. Pues bien, lamentablemente al gobierno le va mal y a la gente le va peor. Son muchos los argentinos que sufren y son pocas las soluciones que se avizoran", arrancó el el hijo de puta, que en el último tiempo endureció su discurso contra el régimen macrifascista, acaso para quitarse el mote de opositor "amigo" de la Rosada que le valió duras críticas en el peronismo.
En la larga lista de contrastes entre las políticas llevadas adelante por la alianza de derecha Cambiemos a nivel nacional y las que implementó en su provincia, Urtubey dio cuenta de la situación fiscal de Salta, que -según aseguró- cerró el 2918 con un superávit primario del 2,5% y superávit fiscal financiero de 1,6%, mientras que Nación terminó con un déficit primario del 2,3% y uno financiero del 4,9%.
Respecto de la deuda pública, dijo que cuando asumió su gestión representaba el 73% de los ingresos anuales, mientras que hoy representa el 44,8% . "Es casi un 40% menos. Es un 10,20% de nuestro producto bruto, muy por debajo del 95,40% que representa la deuda pública nacional", explicó.
Además, destacó los indicadores positivos de Salta "en estos momentos difíciles que vivimos en los que la política económica nacional desalentó y desalienta sistemáticamente la inversión".
El sorete mal cagado aseguró que tuvo una "lucha incansable" por instalar ante os distintos gobiernos nacionales la necesidad de "sentar las bases de un país federal en serio, real y no meramente enunciativo". Sin embargo, aclaró que del otro lado sólo se encontró con "evasivas, excusas y poca voluntad".
Pese a que reconoció la "buena predisposición" y los avances surgidos de los pactos fiscales hechos con el gobierno del hijo bobo de Franco Macri -en rigor, fue el primer gobernador en ir a la Rosada a poner su firma- se quejó de que actualmente la coparticipación "sigue pareciendo una dádiva del gobierno nacional de turno" y no un derecho de las provincias. "Se han producido arbitrariedades difíciles de entender", lanzó.
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