jueves, 4 de abril de 2019

El régimen le ofrece la vicepresidencia a la UCR para terminar el debate sobre la candidatura de Macri Blanco Villegas

En la Rosada buscan disipar los amagues de ruptura y los pedidos para que la candidata sea María Eugenia Vidal.


En medio de una fuerte tensión interna, en el régimen reconocen que analizan ofrecerle la vicepresidencia al radicalismo, en un intento desesperado por cerrar definitivamente el debate sobre la candidatura de Miauricio Macri Blanco Villegas.

La versión del ofrecimiento a la UCR (adelantada por Clarín) alteró los nervios de la Casa Rosada donde este miércoles se mezclaron las desmentidas con las voces que avalaron la jugada, lo que revela el momento de desconcierto que atraviesa el macrifascismo y el nerviosismo que generan las dudas sobre la candidatura del ex hijastro de Flavia Palmiero. Finalmente, ayer, cerca del mediodía Rogelio Frigerio reconoció que están abiertos a la posibilidad de que un radical se integre a la fórmula presidencial. "En principio, no estamos cerrados a nada. Vamos a poner sobre la mesa todos los temas que planteen los socios de Cambiemos. Estamos dispuestos a escuchar a todos", dijo el ministro del Interior.

Los dichos de Frigerio confirman que la vicepresidencia está en el menú de posibilidades que el régimen propondrá a los radicales, aunque la tensión que generó la versión revela cierta desprolijidad en el manejo ya que la Rosada ya les mostró a sus socios su carta más importante.

Lo cierto es que el ala política del régimen apoya la posibilidad de compartir la fórmula por el sencillo argumento de que el retrasado mental no está en condiciones de resignar a su principal aliado en momentos en que las encuestas están lejos de favorecerlo. Que la UCR termine apoyando a Roberto Lavagna o forzando la candidatura de María Eugenia Vidal es mucho más arriesgado que ofrecer un lugar en la fórmula. 

Esto choca de frente con el sector purista del PRO que encarnan Marcos Peña Braun Menéndez y Jaime Durán Barba, que no quieren saber nada con cederle el lugar al radicalismo. Pero la situación política y económica que atraviesa el régimen deja casi sin espacio político al purismo. En resumen, lo que dice una parte del oficialismo es que es esto o perder las elecciones.

Las dudas sobre la candidatura del hijo bobo de Franco Macri llegan incluso a su mejor amigo y "hermano del alma", Nicolás, "Nicky" Caputo, que le recomienda no ir por la reelección, mientras que vuelve a sonar con fuerza la idea de que la boleta la encabece Vidal, algo que los radicales ven con buenos ojos. Es por eso que el ofrecimiento a la UCR es otro intento por blindar la candidatura del presidente, aunque hay correligionarios que ponen paños fríos y dicen que primero quieren ver como sigue la economía para no inmolarse.

La posibilidad de un radical secunde al idiota confeso abre otros debates. El primero es el nombre a elegir. En principio en el régimen creen que debería ser un dirigente que mida bien o que tenga mucho peso político. En el segundo caso el nombre indudable es el de Alfredo Cornejo, el jefe de la UCR, que también suena como vice de Lavagna si Cambiemos estalla. En el primer caso, el único nombre que podría ofrecer el radicalismo es Martín Lousteau.

Esto implicaría un revés durísimo para Peña Braun Menéndez y para el propio Macri Blanco Villegas. El jefe de Gabinete no quiere saber nada con el diputado, que tiene una mirada extremadamente crítica de la economía y además ni siquiera es parte de Cambiemos formalmente. El presidente, en tanto, habría quedado muy ofendido con el economista cuando durante el viaje oficial a India aprovechó su visibilidad para reclamarle una interna. Sería un sapo difícil de dirigir, además del que ya implica compartir la fórmula.

Por otro lado, un debate nada menor es que haría Elisa Carrió, que ya ha dejado más que claro que no quiere saber nada con sus ex correligionarios. En el régimen admiten que la desquiciada chaqueña puede detonar todo si se concreta el ofrecimiento y afirman que Peña Braun Menéndez deberá hacer esfuerzos fuertes para contenerla. Creen que en esa tarea pueden ayudarlo Vidal y Rodríguez Larrata. Para completar la contención, la Coalición Cínica obtendría generosos lugares en las listas de diputados, el principal objetivo de Carrió.

Más allá de las especulaciones, lo concreto es que la desprolijidad con la que se conoció el ofrecimiento a los radicales revela liviandad y cierta desorientación en la Rosada. Es que se trata de una decisión demasiado importante como para salga a la luz varios días antes de que se lleve a cabo la reunión en la que se discutirá. La norma indicaría que en cualquier otro gobierno se hubiera discutido antes de anunciarlo.

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