viernes, 5 de abril de 2019

El oficialismo rechazó las iniciativas de la oposición en una turbulenta sesión de Diputados

Los diputados de la oposición consiguieron los 129 escaños necesarios para dar inicio a la sesión especial en la que planeaban aprobar un paquete de proyectos para minimizar los efectos de la crisis económica que desató el régimen de Miauricio Macri Blanco Villegas. 


A los pocos minutos de que el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó amenazara con levantar la convocatoria, el tablero marcó que contaban con las 130 bancas. Los aplausos estallaron en el recinto. El quórum fue conseguido con la entrada de los legisladores del Frente para la Victoria Rodolfo Tailhade y Leopoldo Moreau, quienes estaban participando de la exposición de la conducción de la AFI en la Comisión Bicameral de Fiscalización y Actividades de Inteligencia.

Una vez iniciado el debate, el oficialismo rechazó las iniciativas consensuadas por la oposición. Cambiemos bloqueó inclusive la sanción de la ley de exención de ganancias para jubilados, que hubiera convertido en ley el reciente fallo de la Corte Suprema, tribunal que había recomendado su sanción para evitar la ola de juicios al Estado. Como era de esperar, Cambiemos tampoco aceptó la declaración de la emergencia tarifaria.

Todos los proyectos necesitaban los dos tercios de los presentes para ser aprobados, ya que ninguno de ellos contaba con dictamen de sus respectivas comisiones. Durante la jornada, se trataron también las emergencias en materia alimentaria y por violencia de género y laboral en el ámbito de Fabricaciones Militares. 

El comienzo de la sesión estuvo marcado por una encendida disputa entre los diputados de la oposición y los miembros de Cambiemos, quienes se pararon frente a sus bancas para evitar que se mantuviera el quórum logrado previamente, dado que por unos instantes se había esfumado. Sin embargo, el objetivo del gobierno de impedir que se votara el temario fracasó. Monzó decidió no dar curso a la moción de orden del diputado oficialista Juan Manuel López para que se levantara la sesión. “Vamos a seguir la sesión como corresponde, como se había acordado”, indicó el presidente de la Cámara, blanco de las críticas de los discursos opositores.

Previamente, los diputados habían denunciado que se estaba “clausurando” el Congreso con el sometimiento a votación de la moción. “No se puede negar el derecho a discutir y debatir de quienes hemos conseguido quórum”, se quejó el diputado de Red por la Argentina, Felipe Solá. El resto de los legisladores se manifestaron en el mismo sentido. Uno de los discursos más efusivos fue el de la diputada del Frente Rejuntador Graciela Camaño, una de las impulsoras de la sesión que estaba teniendo lugar.

“Me avergüenza mi salario, no podemos seguir sin trabajar, cobrando lo que cobramos, el país está en crisis. Los argentinos no se merecen que este Congreso tenga el presupuesto que tiene, damos vergüenza, ustedes dan vergüenza”, lanzó la diputada antes de que se consiguiera el quórum para continuar con la sesión. Mientras tanto, los miembros del oficialismo seguían parados como estatuas frente a sus bancas. “No sé si están haciendo un minuto de silencio por la destrucción de la institución, porque eso parece”, se había quejado Solá ante su actitud.

Uno a uno, los bloques reclamaron “la apertura del Congreso”. “Se tiene que abrir, no está bueno que no funcione, que mire hacia el costado o dé la espalda a la realidad”, resaltó por su parte Agustín Rossi, del FPV. “Eso es vergonzoso, el gobierno no quiere sentarse a discutir, bien que se sentaron para votar el robo a los jubilados y muchos otros proyectos contra el pueblo”, los cruzó el diputado del FIT Nicolás del Caño.

Un momento particular se vivió cuando Camaño apuntó directamente contra el presidente de la Cámara, al cuestionar su margen de acción y atribuirla a una decisión directa del gobierno nacional. “Lamento presenciar la manera en que su palabra se ha devaluado”, comenzó la diputada, quien terminó por denunciar que lo que estaba pasando en el recinto demostraba que “indudablemente tienen más peso Balcarce 50 y Marcos Peña que el presidente que está sentado ahí”, señalando el puesto de Monzó. Minutos después, Monzó se arrepintió de haber dado lugar a la moción de orden que desató el escándalo y dio comienzo a la votación.

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