El ex hijastro de Flavia Palmiero viajó el miércoles a la noche con su familia a Neuquén para quedarse hasta el lunes en un exclusivo club de golf en las afueras de San Martín de los Andes. "Son dos días que ya estoy muerto, muerto", había dicho el retrasado mental el sábado en una conferencia de prensa tras el G20. Según trascendió, buscará "bajar la adrenalina” que le generó esa cumbre.
Mugrizio Macri Blanco Villegas viajó sorpresivamente anteanoche a Neuquén junto a su esposa, la explotadora de trabajadores textiles esclavos Juliana Awada, y su hija, la infanta Antonia para tomarse un descanso. Desde allí podrá ver la final entre River y Boca por la Copa Libertadores, que se jugará el domingo en Madrid.
Medios afines al macrifascismo señalaron que el idiota confeso pretende “bajar la adrenalina” tras la reunión de líderes del G20 que lo tuvo como anfitrión en Buenos Aires. Ya antes de la cumbre el subnormal había grabado un video en el que se lo veía con signos de cansancio y en el que anticipaba que tendría "una maratón de cuatro días".
Luego, en la conferencia de prensa tras el G20, el pelotudo hijo de puto celebró cuando llegó a la última pregunta de parte de la prensa y dijo: "Uf, pensé que no llegábamos nunca a la última. Vengo… Son dos días que ya estoy muerto, muerto".
El hijo bobo de Franco Macri, que acostumbra tomarse descansos en Chapadmalal, Tandil o Villa La Angostura, eligió esta vez como destino el exclusivo Chapelco Golf & Resort, en las afueras de la ciudad de San Martín de los Andes. Recién el lunes retomaría su agenda oficial.
Hace un par de fines de semanas el sorete había viajado a Chapadmalal para descansar y poder ver allí el Superclásico entre River y Boca que finalmente se suspendió en medio de un desastroso operativo de seguridad. Desde la costa, la orden de Macri Blanco Villegas fue que la responsabilidad por lo sucedido recaiga en el régimen fascista de la ciudad de Buenos Aires, encabezado por Horacio Rodríguez Larrata.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario