Los representantes de Schiaretti y Bordet entraron tarde y casi se cae la sesión. Los cuatro puntanos colaboraron. Lousteau fue otra ayuda clave.
La alianza de derecha Cambiemos consiguió quorum para debatir el presupuesto 2019 tras media hora de espera y muchos nervios por la inesperada ausencia de diputados cercanos a los gobernadores que se habían comprometido ayudar pero no aparecieron.
Fue necesario que los cuatro peronistas de San Luis, que habían sido críticos del presupuesto en el debate en comisión, ocuparán sus bancas y así la sesión pudo empezar.
También ayudó Martín Lousteau y sus dos aliadas y el mendocino José Luis Ramón, del Partido Intransigente. Y su coterráneo peronista Omar Félix, que suele plegarse a los K. La polémica desgravación de los vinos espumantes se hizo sentir en Cuyo y ayudo a ablandar posiciones.
No había nadie del Frente Rejuntador y muy pocos de Argentina Federal, el bloque de los gobernadores, que había prometido 18 de sus 33 diputados pero a la hora de sesionar tenía varios menos.
Sólo fueron puntuales los tres sanjuaninos y los cinco misioneros y aparecieron los tucumanos Pablo Yedlin y Gladys Medina, pese a que su jefe, el gobernador Juan Manzur, fue de los más duros en la negociación.
Cuando se cumplía media hora de plazo, Pablo Kosiner, jefe de Argentina Federal, llegó con los cordobeses Juan Brugge y Pablo Cassineiro y empezó a llamar a sus pares.
Los kirchneristas aguardaban detrás de las cortinas dispuestos a pedir la suspensión de la sesión, pero cuando el tablero marcaba 123 había tres bancas de Cambiemos vacías. Nicolás Massot llamo a los impuntuales para llegar a 125 y alcanzó el quórum con los cuatro puntanos, que estaban parados delante de sus bancas, pero se sentaron. Anteanoche se habían comprometido a llegar temprano y cumplieron, pero no imaginaban ser decisivos.
Recién con la sesión empezada, arribó el cordobés Martín Llaryora, mano derecha de Juan Schiaretti, y Juan Bahillo, cercano al entrerriano Gustavo Bordet y que el martes firmó el dictamen del presupuesto sin leer las correcciones. Ayer se vengó.
No es la primera vez que los diputados puntanos abandonan su posición de combate con el régimen de turno para aprobarle el presupuesto: en 2014 ayudaron a cambio de crear la Universidad de los Comechingones.
Este año las planillas anexas incluyeron 386 millones para obras en municipios puntanos, pero mucho menos que a Córdoba y Entre Ríos que se hicieron rogar.
En Cambiemos entendían que pudo ser un paso de baile para marcar la cancha, pero aún así no es un dato alentador, porque necesitan volver a juntar la mayoría para votar el presupuesto en general y en particular.
Está previsto un largo debate conjunto del presupuesto, el aumento de bienes personales, la adenda al pacto fiscal, la actualización de los balances por inflación y un monotributo social para cañeros y tabacaleros.
Cambiemos quería extender la sesión hasta la madrugada de este jueves, para disipar el acampe de los movimientos sociales, que reclaman un refuerzo de 10 mil millones al plan de emergencia alimentaria. Antes tenía que volver a juntar los votos, si quería tener presupuesto.
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