Era una obra clave para reactivar la terminal de contenedores de TecPlata. El régimen busca renegociar con las empresas.
Las obras de la continuación de la autopista Buenos Aires-La Plata hacia el puerto quedaron paralizadas.
Las máquinas de las empresas Esuco y Helport se retiraron, quedaron los movimientos de suelo y un tramo del camino que une Ensenada con la capital provincial sin iluminación.
"A pedido del gobierno retiramos las luminarias del camino Rivadavia para que trabajen las máquinas, pero ahora la empresa se fue y toda esa zona es un caos", dijo la diputada provincial Susana González, que responde al intendente Mario Secco.
Las máquinas habían desembarcado a principios de 2018 en ese punto de Ensenada (casi límite con La Plata) y comenzaron a remover el suelo de lo que sería el primer segmento de la traza.
"El gobierno culpa a la empresa por las demoras, y la empresa culpa al gobierno por falta de pago. En el medio están los vecinos de Ensenada", dijo la legisladora.
La devaluación del pesos, después de varias corridas bancarias, llevó al gobierno a aplicar un plan de ajuste fiscal. Desde Vialidad solo se limitan a asegurar que se está trabajando en una negociación con las empresas. Esuco es propiedad de Enrique Wagner y Helport, de Eduardo Eurnekian.
Largamente postergada y luego de varias promesas truncas, los anuncios del régimen renovaron las esperanzas de reactivación de la terminal de contenedores de TecPlata, un proyecto que supo ser la obsesión de Daniel Scioli pero que nunca pudo ingresar buques portacontenedores.
La iniciativa contemplaba la extensión troncal, pero también la construcción de nuevos nodos de distribución que facilitaran la conectividad con el puerto La Plata y con la refinería de YPF. Estaba previsto que este año de destinaran $ 652 millones a esa tarea. Más tarde, el régimen los recortó a 151 millones de los cuales al fin del primer semestre se había usado apenas 1,5%.
Según trascendió, ahora el gobierno intentará reflotar la obra mediante los denominados Proyectos de Propiedad Participativa, en los que el financiamiento no corre por cuenta del tesoro.
Ese tramo debería nacer en el actual extremo de la autopista, hasta la avenida del Petróleo Argentino, atravesando la parte trasera de la refinería de YPF hasta llegar al acceso sur de TecPlata.
La obra se había iniciado en 2013 y se detuvo apenas algunos meses después por falta de pago cuando las obras registrban apenas un 7% de avance. Para esos cuatro kilómetros se calculaba un plazo de ejecución de 24 meses.
Más adelante, en una segunda etapa la traza cruzaría la avenida 66 y empalmaría con la ruta 11 a la altura de 615 sumando en total 11 kilómetros.
La obra aparecía como la llave para que TecPlata pueda por fin operar el puerto de contenedores. La obra costó 450 millones de dólares que fueron aportados por el consorcio asiático. Se esperaba que trabajaran allí unas 350 personas. Pero lo cierto es que hoy apenas trabajan unas 35 que se encargan de las tareas de mantenimiento.
En marzo de este año, Mugrizio Macri Blanco Villegas y María Eugenia Vidal recibieron a directivos de la empresa International Container Terminal Services (ICTSI), un consorcio filipino que se dedica al desarrollo, administración y operación en el negocio de contenedores portuarios y terminales, y que actualmente tiene la concesión de TecPlata.
En esa reunión, el ex hijastro de Flavia Palmiero les prometió que a fines de 2019 los accesos a la terminal de contenedores estarían listos. "Realmente nos sentimos muy respaldados por el presidente y la gobernadora", dijo Zabalza al salir de la Casa Rosada.
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