La producción de bienes y servicios cayó 1,6% en agosto último, y sumó el quinto mes consecutivo de indicadores negativos en la medición interanual, informó esta tarde el INDEC.
En agosto, el estimador de actividad económica (EMAE), que se usa a modo de anticipo de la variación final del PBI, cayó 1,6% respecto del año pasado. El dato también muestra una ligera mejora en la actividad, ya que se registró una suba de 1,3% comparada con julio, cuando aún no había impactado la fuerte devaluación de fines de agosto.
El indicador relevado por el INDEC se mantuvo influenciado por la tendencia negativa generada tanto en los sectores donde las fluctuaciones en el valor del dólar juega un rol central por los insumos importados como los que dependen del nivel de consumo. En ese último, los datos inflacionarios ya terminan de solidificar un año negativo, en el que datos privados ya esperan recortes fuertes tanto en el sector minorista como el mayorista.
Los últimos datos de actividad económica ya estuvieron firmemente en terreno negativo, con junio (-6,7%) registrando la baja más fuerte en la última década.
El organismo estadístico oficial estimó que el fuerte retroceso en actividad del sector agropecuario se morigeró en agosto, indicando una suba de 2,2% interanual. Es decir, a diferencia de lo que venía ocurriendo en las cifras anteriores, el efecto sequía parece haber terminado este año su impacto más duro sobre la economía.
Entre los rubros que aportaron al dato negativo general, se destacan los de consumo minorista y mayorista (-5%) e industria manufacturera (-4,1%) como los de mayor incidencia en la baja, en línea con las expectativas de los analistas privados.
A pesar de lo que en comparación con los datos anteriores casi podría considerarse una desaceleración de la caída económica, el acumulado anual aún se mantiene en terreno negativo. Para los primeros nueve meses del año, el EMAE refleja una baja por 0,9 por ciento.
Para los próximos meses, hay dos factores a tener en cuenta: los golpes de segunda instancia en la actividad de los episodios cambiarios de finales de agosto y septiembre; y la alta base comparativa que presenta la segunda mitad de 2017, en donde se vio una consolidación de recuperación económica motivada en parte por efectos electorales.
El dato final de caída de PBI se da de forma trimestral, pero para el tercer trimestre se espera una de las bajas más fuertes del ciclo recesivo actual, luego de la baja en el producto bruto en el segundo trimestre por 4,2%. De acuerdo a lo presentado en el proyecto de ley del Presupuesto 2019, el Gobierno prevé una recaída de 2,4% en el PBI para fin de año.
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