El obispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, aseguró que “el Papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia” en la multitudinaria celebración que el sábado reunió a dirigentes sindicales y opositores, y puntualizó que con esa convocatoria “no tuve la intención de apoyar ni a un partido ni a una ideología ni a personas concretas”.

En su carta, Radrizzani esquivó esas versiones, al señalar que “nunca tuve la intención de apoyar ni a un partido, ni a una ideología ni a personas concretas”.
Quien también salió a hacer aclaraciones en ese sentido fue el titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el obispo de San Isidro Oscar Ojea. “No estamos acá tomando un partido o aprobando conductas”, dijo y agregó que “la Iglesia (católica) recibe a todos”.
Por su parte, El obispo de Mercedez-Luján que encabezó la misa que el sábado se ofició frente a la basílica expresó que el objetivo de esa convocatoria fue la que él expresó durante su homilía ante a las miles de personas: “Mi propósito, expresado en la homilía, fue propiciar una súplica confiada a Dios para favorecer un clima de diálogo que nos ayude a superar las dificultades que sufren muchos argentinos”.
“Lo esencial para mí, en estos momentos históricos, es aprender a caminar juntos para superar la dolorosa brecha que vivimos en nuestra sociedad”, agregó y explicó los motivos por los cuales no rechazó participar de esa convocatoria: “No hubiese sido pertinente negarme al pedido que me hicieran hace 40 días, ya que valoré como muy positiva la intención de rezar por la paz, el pan y el trabajo”.
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