Durante la gestión de la alianza de derecha Cambiemos, sólo en Buenos Aires, los trabajadores y trabajadoras de prensa que se quedaron en la calle suman 2500. Las causas fueron el cierre de medios, despidos directos, "retiros voluntarios" compulsivos y demás factores.

Lo sostuvo al participar en Salta del cierre de la 74° Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Dijo que "la libertad de expresión y de prensa son valores fundamentales de la democracia".
Sin sonrojarse, el retrasado mental dijo que "ya no hay medios adictos, y hay libertad de prensa. Ya no se invade con extensas cadenas oficiales".
Agregó que detrás de la libertad de prensa y expresión "está la búsqueda de la verdad" y remarcó que "junto con la transparencia, son innegociables".
Sin embargo, lo que el sorete mal cagado omitió decir fue que desde que Cambiemos gobierna Argentina, hubo aproximadamente 3000 despidos en el rubro de trabajadores y trabajadoras de prensa.

En los primeros dos años, el ataque devastador fue en el sector privado, que contó con el aval del Estado. Sin embargo, este año, el ajuste salvaje se trasladó a los medios públicos como la TV Pública, Télam, Radio Nacional, entre otros.
Además, la repartija de la pauta oficial se concentró violentamente en las empresas hegemónicas de comunicación masiva como el Grupo Clarín, La Nazión, América, y demás empresas adictas a la gestión macrifascista. La ecuación es sencilla: mayor concentración mediática, menos libertad de expresión.
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