domingo, 21 de octubre de 2018

El fiscal Delgado criticó el presente del Poder Judicial: "La ley se convirtió en un arma para destruir y presionar"

El fiscal federal Federico Delgado se refirió ayer a la situación en el Poder Judicial y consideró que en la Argentina "es cada vez más es difícil investigar al poder”, en un momento en que “hemos llegado a un nivel donde se inventan causas y lo peor de todo es que quienes tienen control sobre eso permanecen como mínimo indiferentes". Criticó el uso de las prisiones preventivas y no dudó en afirmar que “la ley se transformó en un arma para destruir y presionar”.


El funcionario del ministerio público estimó que “la Justicia argentina está muy mal, en un grado de descomposición”, dado que “la ley ha sido despojada de todo contenido ético y moral, por lo tanto un mecanismo que nació para fundar libertades y cuerpos políticos se transformó en un arma para destruir, presionar o resolver anómalamente conflictos"

Esa herramienta quedó en manos de “aquel que tiene poder político o económico", lo cual “degrada aún más la vida pública, desincentiva a los ciudadanos a concurrir a la Justicia y nos acerca cada vez más a un Estado prepolítico".

Para Delgado ha habido una politización de la Justicia, lo cual “permite a muchas personas que no pueden construir mayoría conseguir a través de una denuncia o un amparo lo que no pueden conseguir en un Parlamento". En ese sentido, opinó que el sistema judicial es “muy permeable” a intereses de particulares y que “la Justicia, que fue pensada como un poder moderador, a veces juega el juego que debe controlar".

También dijo que “es cada vez más difícil investigar al poder” y se llegó a un punto en que “se inventan causas”, con un agravante: “lo peor de todo es que quienes tienen que ejercer el control sobre eso permanecen como mínimo indiferentes".

Respecto de la causa de las fotocopias de los supuestos cuadernos, Delgado sentó posición y afirmó que será “un antes y un después, termine como termine” dado que “va a cambiar la relación entre el Estado y la comunidad de empresarios”. Además, caracterizó el caso como “un desafío para la Justicia".

Sobre las prisiones preventivas y su uso extendido en casos resonantes que involucran a funcionarios, estimó que su uso “tiene que ser una excepción” y que se evitaría si hubiera juicios rápidos. “No puede funcionar como una pena anticipada para calmar las ansias de regeneración institucional que con razón tiene la sociedad", dijo el fiscal, para quien se usa como "pena anticipada" y sólo se justifica en casos de posible fuga o reincidencia. 

En otro orden, habló sobre la incidencia de los servicios de inteligencia. “En mi caso tuvieron un efecto brutal” y recordó que “me inventaron un expediente” por haber avanzado en la causa Odebrecht, que involucraba al jefe de la AFI, Gustavo Arribas. “Me preocupa la indiferencia de la dirigencia en su conjunto”, señaló sobre el tema.

Finalmente, en declaraciones a FM La Patriada, propuso algunas ideas. “Hay que trabajar a mediano plazo con el tema cultural que es la relación de los argentinos con la ley”, sostuvo. Además, sugirió “establecer” un sistema de designaciones que “no tenga tolerancia con el amiguismo” y funcione para establecer “premios y castigos a jueces y fiscales”. En síntesis, “cambiar algunas reglas para que la Justicia esté más cerca de la gente” y así “dar un resultado rápido que es esperar el cambio cultura, algo que lleva más tiempo”.

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