Tras haber fracasado en su intención de dilatar el tratamiento del proyecto de legalización del aborto, el inconsciente le jugó una mala pasada a la tullida vicepresidenta Gabriela Michetti. Envió la iniciativa a las comisiones elegidas como “Proyecto de ley en revisión sobre interrupción involuntaria del embarazo”.

Sin embargo, no se pudo resolver el conflicto por las comisiones que intervendrán en el debate.
La semana pasada la vicepresidenta Gabriela Michetti había girado el proyecto a cuatro comisiones, dos más que las solicitadas por los sectores que apoyan la iniciativa.
En el documento en el que Michetti cometió el furcio se consignan los tres pedidos de la oposición, que acompañan las organizaciones sociales y colectivos feministas que apoyan inniciativa, para que la comisión de cabecera sea la de Justicia y Asuntos Penales, no la de Salud, y que se deje sin efecto la intervención de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda, presididas por opositores a la iniciativa aprobada en la Cámara baja por 129 votos a favor y 125 en contra.

El fin de semana, Michetti justificó su decisión alegando que el proyecto también había pasado por cuatro comisiones en Diputados y que las cuatro comisiones trabajarán en plenario. Si bien esto es cierto, implica elevar la cantidad de senadores necesarios para conseguir quórum y para lograr el dictamen de mayoría.
La oposición, además, aclaró que en Diputados la iniciativa, que ahora tiene media sanción, fue analizada por las comisiones de Legislación General; Legislación Penal; Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia y, Acción Social y Salud, no por Presupuesto y Hacienda ni Asuntos Constitucionales.
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