En una semana con poca actividad parlamentaria, Emilio Monzó se reunirá con los jefes de los bloques para definir un esquema que elimine definitivamente el canje de pasajes por dinero.
Se trata de una vieja práctica del Congreso, cuestionada pero sostenida por dos razones: le permite a los legisladores más sedentarios cobrar un auténtico sobresueldo y, por si fuera poco, las Cámaras gastan menos que si los tickets se usan.
Esto ocurre porque el monto fijado para la devolución de cada uno de los 20 tramos aéreos y terrestres siempre es menor al precio de mercado y esa diferencia, cuando los pasajes utilizan, termina cubriéndola el presidente de cada Cámara. Y además de exhibir transparencia y buenas costumbres, a Gabriela Michetti y Emilio Monzó también les gusta jactarse de austeridad.
El debate renació con un informe de la fundación Directorio Legislativo, que constató un aumento del 13% en la cantidad de pasajes canjeados en Diputados en 2017.
Monzó devolvió $ 1.350 peso por cada aéreo y $ 650 por terrestres, por lo tanto, un diputado pudo hacerse de un plus de hasta 40 mil pesos mensuales si se quedaba en su despacho.
Elisa Carrió fue la que más cobró por no viajar, junto al sindicalista Alberto Roberti (355.800 pesos cada uno). Les siguió de cerca Nilda Garré (353.100) y el platense de la alianza de derecha Cambiemos Miguel Bazze (340.730).
Son diputados de orígenes diversos pero con algo en común: tienen residencias permanentes cercanas al Congreso y no necesitan moverse en micros y aviones. Tampoco sus empleados.
Los bonaerenses y los porteños resultan los más beneficiados por el trueque de tickets. En 2012, lainfornicable Laura Alonso, actual titular de la Oficina Anticorrupción, llegaba a engrosar hasta el 50% de su sueldo y la imitaban actuales figuras de Cambiemos como Adrián Pérez o Martín Lousteau. "No son un sobresueldo. Es un trámite legal", se indignó esa vez Alonso, ante la denuncia periodística.
Mugrizio Macri Blanco Villegas no lo entiende así y pidió poner fin a esta maniobra, legal o no. "Si necesitan una dieta mayor, que lo digan", los desafió. "Parece que se olvida de todos los pasajes que canjeó", lo desafió Graciela Camaño.
Monzó lo debatirá esta semana con los jefes de bloque y según publicó el pasquín ultraoficialista Clarín, la primera exigencia será eliminar los pasajes a los diputados con residencia cercana, que precisamente son los bonaerenses y los porteños. Claro que los primeros, en realidad, podrían reclamar un plus por movilidad si provienen de ciudades lejanas del interior provincial, como Bahía Blanca, que tiene conexión aérea con Buenos Aires.
Justamente, uno de los objetivos originales del trueque de tickets por ventanilla, cuentan en el Congreso, fue evitar ese dilema de distancias presuntas con un desembolso en efectivo que en tal caso cubra el combustible gastado por el legisladores oriundos de la pampa húmeda.
"Lo mejor va a ser incorporar este monto a la dieta y eliminar el sistema de pasajes. Lo he hablado con legisladores de todos los bloques", propuso el diputado PRO Pablo Tonelli, que representa a la ciudad de Buenos Aires pero es de La Plata. No necesita pasajes.
Cerca de Monzó confirmaron que buscarán ir en ese sentido, aunque negaron que haya una resolución redactada y lista para publicar. "La idea de suprimir el canje Monzó la tiene desde hace tiempo, pero no habrá nada que no sea conversado con los jefes de bloques esta semana", aclararon.
Uno de los proyectos que se conoce fue presentado en 2016 por la radical Brenda Austin y propone eliminar el canje de pasajes, identificar los empleados con tickets asignados y reservar a un 25% su uso para "personas que así lo requieran ante circunstancias de urgencia, necesidad o en ejercicio de sus funciones".
No será un debate fácil: en la última sesión, varios se le quejaron en la cara por eliminar los "aerocheques", una cuponera impresa para los legisladores que le permitía regalarlos o venderlos si quisieran.
Ahora deben gestionarlos online y sólo 8 de los 20 tramos aéreos pueden ser usados por personas elegidas por el diputado, que deben ser empleados directos e identificados.
Por si fuera poco, los diputados están furiosos con el escueto aumento del 8% por cinco meses que la Asociación de Personal Legislativo (APL) acordó para los empleados del Congreso. Sus dietas se indexan junto a esa paritaria y se engrosan con pasajes no usados. Hasta ahora.
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