martes, 10 de diciembre de 2019

Alberto recibe una Casa Rosada en plena obra

El nuevo presidente se encontrará con un edificio muy distinto al que conoció en sus años como jefe de Gabinete. Cambios, remodelaciones, y la oficina de Cristina Fernández.


Solo falta unas horas para que Alberto Fernández ingrese formalmente como presidente de la Nación a la Casa Rosada. Y la notará cambiada.

En la entrada correspondiente a Balcarce 50 le llamará la atención la oscuridad. Es que la cúpula de esta entrada se está demoliendo para hacer una terraza. Y si busca la escalera de mármol de Carrara -construida en 1895- que se ubicaba hacia la izquierda apenas se ingresa, descubrirá que ya no existe. Fue destruida sin siquiera preservar el mármol.

Al poco tiempo de arribar Miauricio Macri Blanco Villegas a la Casa Rosada comenzó un plan de remodelación que tuvo aciertos y errores. Entre los primeros vale destacar las mejoras en todo lo referido a plomería y electricidad, obras que no son visibles pero si necesarias. Asimismo, se rescataron oficinas del segundo piso y se dotó a la sede gubernamental de baños, entre otras mejoras.

Pero el nuevo secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, seguramente tendrá que subsanar algunos errores incompresibles que se cometieron durante la remodelación, como el traslado a las “apuradas” del sector de fotografía que dirige Víctor Bugge sin haber tenido el cuidado de preservar el voluminoso archivo fotográfico.

Además, no se entiende por qué lo mudaron, ya que hoy esas oficinas se usan de depósitos y al personal de fotografía lo hacinaron en un oficina que, como mínimo, no cubre los estándares de seguridad, sostienen, a punto tal que en la puerta pusieron un cartel que dice “Galpón”. Se estima que Bugge volverá a recuperar su histórica oficina ya que Alberto Fernández está en tema.

Otra situación insólita se da con el Museo de la Casa Rosada, que está ubicado en el subsuelo. Sin ninguna explicación se decidió trasladar al personal del museo y el depósito, que se encontraban también en el subsuelo, al segundo piso.

Cabe agregar que la Casa Rosada cuenta con un solo ascensor tipo montacarga y solo dos ascensores en el ala presidencial de uso restringido. Es decir, no está preparada para que sea visitada por una persona con movilidad reducida.

Master Plan

El nuevo Secretario General de la Presidencia tendrá que decidir qué hacer con el “Master Plan” de remodelación que encaró la administración macrifascista. Este programa de obras tiene tres etapas con un presupuesto total de $ 285 millones. Ya se ejecutó la primera etapa, por $ 45 millones, que fuera adjudicada a la constructora Adanti Solazzi, que se impuso en una licitación en la que participaron seis oferentes.

Las primeras obras correspondieron a las refacciones del segundo nivel donde se cambiaron los pisos, se derribaron paredes, se abrieron las puertas del balcón del Salón Blanco y todo ese sector se convirtió en un gran espacio con pisos de vinílico y se colocaron escritorios de melanina.

En su momento el saliente secretario General de Presidencia, Fernando de Andreis, fue consultado ante la inquietud de algunos empleados por que se pueda perder patrimonio histórico. El funcionario respondió que la Casa no sufrirá modificaciones en los principales salones tales como el Blanco, Eva Perón, Científicos y ni tampoco en el despacho presidencial, todos ubicados en el primer piso; y que el objetivo de la remodelación era "mejorar la infraestructura" de la sede para "los próximos 100 años" y "bajar los costos de mantenimiento".

El plan de obras fue llamado “Casa Rosada del Siglo XXI” a cargo de la arquitecta Marité Berdasco -en consulta con la Comisión Nacional de Monumentos Históricos- y todas las reformas fueron aprobados por su titular, Teresa Anchorena.

Despachos

La segunda etapa del Master Plan, cuenta con un presupuesto de 118 millones y aún sigue en obra. Abarca la remodelación del subsuelo, la construcción de nuevos núcleos sanitarios y se prevé optimizar el sistema energético de la casa.

Vitobello además revistará como jefe del personal de la Casa Rosada. Los empleados comentan que esperan no sufrir el “destrato” brindado por Fernando de Andreis. “Fue un secretario general al cual no le conocemos la cara ni sabemos qué hizo”, comentan en los pasillos de la Rosada.

Seguramente también tendrá que resolver algunos otros problemas que le deja el régimen saliente como, por ejemplo, dónde se ubicaran las distintas áreas que fueron trasladas en más de una oportunidad. Tal es el caso de los oficiales de la Casa Militar que fueron mudados treinta y seis veces.

El presidente electo Alberto Fernández, ya pidió que se restituyan los cuadros que estaban en el despacho antes del ingreso de Macri Blanco Villegas. El retrasado mental impuso un estilo moderno en la Rosada y se presume que muchos de los muebles de época que se reemplazaron fueron tirados o donados al ejército.

Por otra parte, seguramente, Fernández se sorprenderá cuando vea que el famoso “Salón de las Mujeres del Bicentenario” hoy lleno de escritorios blancos y dedicado a tareas administrativas. Este salón se hizo muy conocido cuando Cristina Fernández de Kirchner lo utilizó en innumerables ocasiones para dar sus cadenas nacionales.

Otro cambio que encontrará el próximo presidente es que la nueva sala de Conferencias fue reducida y no cuenta con luz natural porque decidieron tapar con una pared los grandes ventanales que miran hacia la ex Plaza Colón.

Vuelve Cristina

En tanto, la duda es si Cristina Fernández de Kirchner utilizará el despacho asignado a la vicepresidenta en la Casa Rosada. Hoy dicha oficina, que fue adaptada a las necesidades de la tullida Gabriela Michetti, es la que históricamente ocupaba el jefe de la Casa Militar. Se trata de un despacho confortable, con boiserie, una hermosa chimenea, mira hacia Plaza de Mayo y está enfrente del Salón Blanco.

El último en ocupar el despacho originalmente asignado al vicepresidente fue el traidor hijo de puta Julio Cobos. La administración Macri Blanco Villegas lo utilizó para efectuar las reuniones de gabinete. Es un gran salón que domina el frente de la Plaza de Mayo y que tiene una enorme mesa que fue armada en el lugar.

Seguramente Cristina cuando vuelva a pisar la Casa Rosada querrá ver qué pasó con las remodelaciones que ella encaró durante su último periodo. Verá que el Salón Azul dejo de exhibir cuadros y obras de arte para ser utilizado para depósito y algunas oficinas administrativas como asimismo el salón de Pueblos Originarios fue utilizado para conferencias. Tampoco encontrará en los pasillos del primer piso las muestras fotográficas de los artistas populares.

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