Ambos dirigentes fueron invitados por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Vicente Ojea, quien encabezó el oficio religioso.
A dos días del inicio del cambio de gobierno, Miauricio Macri Blanco Villegas y el mandatario electo, Alberto Fernández, coincidieron en una misa "por la unidad y la paz" que llevó a cabo la Iglesia católica en la Basílica de Luján.
En este marco, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, pidió "no caer en la tentación de querer destruir al otro", al pronunciar su homilía frente a ambos políticos.

Macri y Fernández estuvieron juntos en la celebración acompañados por sus respectivas esposas, la tilinga explotadora de trabajadores textiles esclavos Juliana Awada y Fabiola Yañez, y los miembros de sus gabinetes. También dijeron presente distintos dirigentes del ámbito social y gremial.
Scheinig pidió "volver a dialogar" y construir políticas que "trasciendan los gobiernos" y agregó que "estamos agotados de tantos desencuentros y peleas. No se trata de una unidad homogénea o hegemónica, sino de una unidad necesaria para construir el país deseado y salir del laberinto en el que nos encontramos", manifestó Scheinig.
Asimismo, consideró que "necesitamos promover una cultura del encuentro" y "volver a dialogar todas las veces que sea necesario".

Recordó también que el papa Francisco es el primer Papa de América Latina, y es argentino, lo que generó aplausos de parte de quienes participaron de la misa afuera de la basílica de Luján.
Monseñor Scheinig pidió que crezca en los corazones de los argentinos "un sentimiento de unión" que "dé un sentido fuerte y místico de pertenencia" y que contribuya a vivir una "mística del nosotros".
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