Este fenómeno suele inundar las zonas bajas de la ciudad, en particular la plaza de San Marcos y se ha vuelto cada vez más frecuente.
Continúa el alerta en Venecia, la ciudad italiana que el martes por la noche sufrió un pico histórico de "acqua alta" (marea alta) que provocó inundaciones en gran parte de su territorio. Según advirtieron desde el Centro de Mareas, la crecida podría alcanzar o superar casi los dos metros. Las autoridades confirmaron que dos personas murieron.
"Nos enfrentamos a una marea más que excepcional. Todos están movilizados para manejar la emergencia", sostuvo el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, quien afirmó que siguen de cerca "el estado de catástrofe natural” ya que se prevén “daños importantes”. Temen que el nivel del agua siga subiendo.
Desde la famosa plaza de San Marcos, Brugnaro añadió que necesitará de la ayuda de todos para “hacer frente a lo que es claramente el impacto del cambio climático”. Antes de ayer, las mareas habían subido en torno a 1,87 metros, la mayor "acqua alta" desde el récord de 1,96, registrado el 4 de noviembre de 1966.
Pese a esta crecida excepcional del nivel del mar, la ciudad de los canales no está completamente sumergida ya que la altura media de la ciudad se sitúa en torno a 1,30 metros sobre el nivel del mar. En algunas zonas, el nivel del agua llegaba a 1,20.
Un fenómeno cada vez más frecuente
En esta ocasión, se inundó el vestíbulo de la basílica de San Marcos, algo poco frecuente. El procurador del edificio, Pierpaolo Campostrini (autoridad local), había previsto guardias nocturnas para vigilar la subida del agua.
Según Campostrini, en toda la historia de la basílica, construida en el año 828 y reconstruida tras un incendio en 1063, solo se inundó el vestíbulo en cinco ocasiones. Lo más preocupante es que tres de las cinco grandes inundaciones ocurrieron en los últimos 20 años. La última en 2018.
Este fenómeno de "acqua alta" suele inundar las zonas bajas de la ciudad, en particular la plaza de San Marcos. Puede verse agravado, como ocurrió el martes por la noche, con el siroco, un fuerte viento sahariano.
Para proteger a la ciudad de las mareas, que afectan cada vez más a su patrimonio artístico, en 2003 se empezaron a construir 78 diques flotantes en el marco del proyecto MOSE (Módulo Experimental Electromecánico). Dichos diques cerrarán la laguna en caso de subida de las aguas del Adriático.
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