Negri, Lipovetzky y la UCR porteña lideraron el repudio. Cancillería, UCR nacional y legisladores del PRO y la CC evitaron hablar de golpe y algunos hasta lo justificaron.
El golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia dejó en evidencia las fuertes diferencias dentro del oficialismo argentino. La posición de Cambiemos, Juntos por el Cambio, o como mierda sea que quieran llamarse, osciló desde contundentes repudios hasta justificaciones, pasando por un comunicado oficial de la Cancillería donde se habla de "transición".
Las distintas posiciones sobre los acontecimientos en Bolivia dan indicios de la nueva configuración dentro de la alianza de derecha gobernante, donde un grupo de dirigentes no esperó a conocer la posición oficial del régimen de Miauricio Macri Blanco Villegas para expresar su opinión y directamente denunció un golpe.
Es el caso de Mario Negri. "Repudio toda intromisión militar en la vida política de Bolivia, ya que esto es sólo compatible con golpes de Estado", afirmó el jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, en línea con la UCR porteña que repudió el golpe a pesar de que a nivel nacional el partido tuvo una posición mucho más cautelosa y sin condenar las acciones de las Fuerzas Armadas de Bolivia.
La posición más contundente dentro del PRO la marcó el diputado Daniel Lipovetzky, que pidió que intervenga la OEA y aplique la Carta Democrática Intereamericana. El mensaje de Lipovetzky fue celebrado por Alberto Fernández.
Tanto Negri como Lipovetzky, lo mismo que otros dirigentes como Julio Cobos o Martín Lousteau, no esperaron a conocer la posición oficial del gobierno para marcar su rechazo al "golpe". La Cancillería emitió el domingo un comunicado en el que evita referirse a los acontecimientos de esa forma y habla de "periodo de transición".
En tanto, el canciller Jorge Faurie también evitó hablar de golpe y "las Fuerzas Armadas se declararon prescindentes, dijeron a la clase política que busque una salida y esto es lo que ha ocurrido". El funcionario eligió centrarse en cuestionar el proceso electoral boliviano y en las presuntas irregularidades cometidas por el oficialismo de Morales.
Entre los legisladores oficialistas también hubo fuertes diferencias. En el caso del PRO hubo posiciones intermedias como la de Federico Pinedo, que aseguró que Argentina defiende la democracia y pidió "ni fraude ni golpe", y otras más cercanas a la justificación, como Waldo Wolff que habló de un "golpe a través del tiempo de Evo Morales".
El problema para el oficialismo es que muchas de estas diferencias podrían quedar expuestas en las próximas sesiones del Congreso. En Diputados está prevista una reunión para el próximo miércoles 20, aunque en el kirchnerismo ya adelantaron que pedirán una sesión especial para este miércoles 13 para tratar el tema Bolivia.
Otros legisladores del PRO y también de la Coalición Cínica se refirieron al tema y eligieron evitar hablar de golpe de Estado y plantear la necesidad de elecciones limpias.
En cambio, en el radicalismo el fuerte posicionamiento de Negri pareció habilitar a muchos diputados de su bloque a salir a repudiar el "golpe" sin vueltas. Incluso algunos de ellos tuvieron que ensayar un giro inesperado porque primero habían justificado el golpe, como Diego Mestre y Karina Banfi.
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