Buscan asegurarse el control para sus "reformas estructurales". El ex hijastro de Flavia Palmiero aprovecharía el proyecto del cupo femenino de Carrió.
Ambas expresiones políticas consideran que el máximo tribunal es el peldaño institucional a colonizar para que pueda avanzar su proyecto de reformas profundas de las estructuras de la Argentina.
Por supuesto que se trata de proyectos antagónicos, pero en el ejercicio del poder su visión no difiere demasiado a la hora de abordar la relación con la justicia, una situación que desde su óptica, en el caso de la Corte suprema se ha agravado.
Las tensiones internas en la Corte Suprema de Justicia parieron una consecuencia indeseada para el sistema político argentino: autonomía en la toma de decisiones. Hoy ningún actor partidario puede influenciar de manera decisiva en un fallo judicial del máximo tribunal. Esto que sería una muestra de solidez de la tan mentada división de poderes ha generado -en este año electoral- la ambición de colonizar de alguna manera la composición del -por ahora- cuerpo colegiado con 5 integrantes.
La semana pasada, el kirchnerismo a través de las declaraciones del intendente de San Antonio de Areco y precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Francisco "Paco" Durañona se atrevió a expresar lo que se habla sottovoce: "tenemos que ganar para lograr mayoría simple en el Congreso y el 11 de diciembre, el primer día, enviar un proyecto de ley para que se amplíe la cantidad de miembros de la Corte. Los miembros tienen que ser militantes nuestros, no acomplejados que cuando les llega la edad de jubilarse se vayan y abandonan el cargo. Militantes nuestros que sabemos que van a defender jurídicamente los intereses del campo nacional y popular. Y con eso se blindan absolutamente todas las posibilidades para avanzar que nosotros tenemos", dijo.
Se sabe que una de las críticas al sistema judicial es la falta de celeridad en las sentencias, la lentitud. Todos los colegios de abogados son conscientes de que, a mayor número de miembros en la Corte, los expedientes deberán pasar por todos los magistrados y como consecuencia se ralentizará aún más la resolución de los fallos. Pero esto no impide que el kirchnerismo y el macrifascismo tengan un mismo objetivo: intentar la ampliación luego de los resultados electorales.
La mesa judicial de Macri Blanco Villegas que comandan Fabián "Pepín" Rodríguez Simón y José Torello comparten idéntica meta que la ex presidenta, pero por otras razones. El entronamiento de l clarinista Carlos Rosenkrantz como presidente supremo les permitió, por horas, soñar con el manejo integral de la cabeza del poder judicial. Sin embargo, la falta de conducción, de pericia política y la multiplicidad de intereses que el esbirro de Magnetto representa lo aislaron de sus pares. De ahí que la mesa judicial ha comenzado a diseñar una arquitectura jurídica que le permita ampliar el número de miembros, y así contar con una mayoría propia que le sea funcional a un segundo mandato, el cual necesitará realizar cambios profundos en las estructuras económicas.
El macrifascismo piensa tomar como base al proyecto de ley presentado a principios de este año por la diputada Elisa Carrió, el cual apunta a incorporar cupo femenino en el Poder Judicial. Más precisamente, la iniciativa buscará que dos de los cinco miembros de la Corte Suprema sean mujeres, además de ampliar el número a un tercio en caso de tribunales federales y nacionales.
El mes de octubre puede ser definitivo para distintos jugadores de la vida política local. ¿Cuál será el futuro de Miguel Pichotto si no puede reelegir o integrar un binomio presidencial con chances de triunfo? La pregunta la responden varios senadores amigos del rionegrino: "él esperaba que Macri lo propusiera para la Corte".
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