Tras haber presentado la denuncia por acoso sexual contra el senador radical Juan Carlos Marino, la trabajadora del Congreso Claudia Guebel aseguró que su caso no es el único y señaló que hay muchas mujeres que sufrieron situaciones de violencia machista por parte del senador de La Pampa.
Claudia Guebel |
Guebel adelantó una “andanada de denuncias que se están intentando frenar”, en base a los mensajes que recibió de muchas compañeras legislativas que se comunicaron con ella para contar sus experiencias.
“Están surgiendo casos idénticos de chicas muy jóvenes, de 17 años”, advirtió sobre la posibilidad de que haya nuevas denuncias contra Marino.
“Me llegan mensajes de chicas, compañeras legislativas, que dicen ‘me cagaron la vida, no me animo, tengo miedo de perder el trabajo, ¿Claudia qué se hace?”, relató Guebel, quien ya interpuso una denuncia contra Marino en la Justicia Federal en la que detalló, entre otras cosas, que el legislador le mandaba mensajes diciéndole que iría a su casa y le enviaba “videos alusivos al sexo".
Al hablar sobre la complicidad y naturalización que hay dentro del Congreso frente a estas situaciones, afirmó que se comunicaron con ella "jovencitas de 17 años que prestaron servicio en la misma oficina con el mismo senador y que me están diciendo que no se animan aún a hacer a denuncia".
Guebel fue la primera en hablar de los casos de violencia machista que se vivieron en el Congreso, en el marco de la ola de denuncias que se replican luego de la acusación de la actriz Thelma Fardin contra Juan Darthes. En su presentación judicial contó que el senador aprovechó un momento a solas para avanzar sobre ella sin su consentimiento. “Directamente me tocó los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café, me dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento nos veíamos", relató.
Pero la empleada legislativa pide que no se hable en pasado sobre el tema. “Pasaron y pasan, hay que hablar en presente. Hay chicas que todos los días van y se encuentran con el victimario, es una situación horrorosa y el Estado argentino tiene que poner fin a todo este sufrimiento”, manifestó ayer, en declaraciones a radio Cooperativa.
“En el Congreso hay un protocolo que está durmiendo en los cajones y que la dirigencia política no quiso implementar. A partir de estos casos, que lamentablemente me tocó en carne propia, esto tomó estado público por la envergadura del personaje y la esperanza es que esto sirva para resolver estos conflictos y que haya mecanismos institucionales a los que podamos acudir sin tener miedo, sin represalia laboral, sin la estigmatización”, amplió Guebel, trabajadora de planta permanente del Congreso desde 2001.
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