Según los datos oficiales en sólo un año la potencia instalada subiría un 150%. Pero varios proyectos se dieron de baja desde la crisis cambiaria.
A tres años de la asunción de Miauricio Macri Blanco Villegas, el impulso a las energías renovables es quizás una de sus políticas que acapararon el mayor consenso y donde se pueden demostrar de los pocos resultados positivos a nivel económico.
Para el próximo año las autoridades de la secretaría de Energía esperan "un récord de parques a inaugurar, que permitirá superar toda la potencia instalada antes del 2016 y cubrir el 8% de la demanda energética total", tal como marca la ley 27.191 de Fomento Nacional al Uso de Fuentes Renovables.
"Vamos a abrir más de un parque por semana", anticiparon confiados desde el régimen, buscando explotar al máximo esta iniciativa de cara al año electoral.
Desde que se comenzó el programa Renovar, han entrado en operación 19 nuevos proyectos que cuentan con una capacidad instalada de 465 MW y demandaron una inversión de 680 millones de dólares. A diferencia de la administración anterior, donde los pequeños emprendimientos hidroeléctricos acapararon la amplia mayoría de los 820 MW de potencia instalada en renovables, a partir de 2016 el énfasis estuvo puesto en los proyectos eólicos y solares.
Los primeros representaron el 78% de la nueva energía, porcentaje que se incrementará en los próximos días de diciembre cuando se inauguren otros cuatro parques eólicos. Bahía Blanca se destacó como el principal nodo en todo el país, a partir de la combinación de excelentes vientos, la cercanía con el puerto que facilita la instalación de los enormes molinos y la conectividad con las líneas de alta tensión existentes.
De allí proviene más de la mitad de la nueva energía eólica instalada y concentra 8 de los 13 parques licitados en toda la provincia de Buenos Aires en las rondas Renovar.
En cuanto a los parques solares, tuvieron un importante crecimiento con la entrada en funcionamiento de cinco emprendimientos que suman 73 MW, que de todas formas no deja de ser una cifra muy baja.
El verdadero impacto tendrá lugar en 2019 cuando empiece a operar Cauchari, el parque solar más grande de Sudamérica que permitirá agregar una potencia de 300 MW, que en un futuro se ampliará a 500 MW a raíz del acuerdo concretado durante el G20 entre el gobernador fascista Gerardo Morales y las autoridades chinas. El régimen jujeño se había propuesto inaugurarlo en marzo, antes de un muy factible adelantamiento de las elecciones provinciales, pero fuentes oficiales comentaron que "no hay posibilidad de llegar a esa fecha".
Contemplando todos los tipos de fuentes renovables, se calcula que el próximo año entrarán alrededor de 100 proyectos en operación por 3.182 MW que están demandando una inversión de 4.500 millones de dólares. Es decir, que solamente en un año se aumentaría la potencia instalada existente en un 150%.
Sin embargo, los cálculos optimistas del macrifascismo podrían no llegar a materializarse en su plenitud. A pesar de los buenos resultados de la iniciativa "verde", la fuerte devaluación de este año marcó un antes y un después, poniendo en riesgo muchos de los emprendimientos futuros.
Al tratarse de una actividad netamente de índole financiera, que debe hundir un gran capital en el comienzo y luego prácticamente no tienen gastos de mantenimiento, el incremento del costo financiero con las actuales tasas de interés torna inviable semejante operatoria.
Es por eso que ya se dieron de baja cuatro empresas que habían resultado ganadoras de la licitación, mientras que un quinto proyecto que incluso había llegado a firmar contrato terminó siendo rescindido por la firma en cuestión.
Otro de los limitantes consiste en la necesidad de construcción de nuevas líneas de alta tensión para el transporte de esta energía. Los primeros parques se construyeron en zonas cercanas a las líneas existentes, pero al agotarse estos terrenos y sobrecargarse estas líneas, resulta imprescindible la realización de una nueva red que resulta muy costosa.
El régimen tenía previsto construir las líneas de transmisión mediante el programa PPP, pero el fracaso de este sistema torna muy incierto el futuro de las renovables. "Mientras no se avance con los PPP tenes un cuello de botella que no te permite avanzar. Llega un momento en el cual no te da la capacidad si no pones nuevas líneas. Por eso modificamos el Renovar 3", reconocieron desde la cartera de Iguacel.
A su vez, existe una particular cláusula en los proyectos llamada "Take or pay", por la cual con el sólo hecho de tener los parques terminados, las empresas se garantizan el pago de Cammesa. Es decir, que aunque no estén listas las líneas transmisoras y los parques no puedan aportar ni un MW al sistema interconectado nacional, el estado les tiene que pagar como si estuvieran generando energía.
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