miércoles, 18 de julio de 2018

Bajo presión, Vidal negocia con Macri Blanco Villegas el "límite" del ajuste en la provincia

El régimen macrifascista pretende una baja del gasto de 43 mil millones. La gobernadora bonaerense está dispuesta a colaborar, pero sin comprometer la viabilidad de la provincia.


María Eugenia Vidal decidió simplificar la discusión que mantiene con el régimen macrifascista nacional sobre el tamaño del ajuste que le piden a la provincia. 

En lugar de discutir sobre el eventual traspaso de AySA, Edesur, Edenor y el subsidio al transporte, prefirió centrarse sobre el monto real del ajuste.

Es que cada uno de esos renglones tiene complejidades técnicas que vuelven fractal la discusión por separado. El traspaso de las eléctricas no sólo espanta a los accionistas del exterior de Edesur y Edenor, sino que requiere un diseño normativo y corporativo muy complejo, que incluye la creación de nuevos entes de control y empresas de transporte eléctrico.

AySA plantea desafíos incluso mayores si se pretende dividirla en una compañía para Capital Federaly otra para la provincia y un debate sobre el perfil de la transferencia: ¿se transfiere sólo el déficit operativo, sin el costo de las obras? ¿Con o sin el costo de mantenimiento?, son algunos de los interrogantes. Lo mismo ocurre con el transporte: En la provincia hay tres sistemas, interurbano, provincial y municipal, ¿Qué subsidios debería absorber la provincia?

La gobernadora fascista venía manejando un estimado de reducción del gasto del orden de los 23 mil millones, pero en la última reunión con Macri Blanco Villegas y sus ministros, Dujovne le pidió que el esfuerzo alcance los 43 mil millones. Nada menos que lo que recibió este año por actualización del Fondo del Conurbano.

El borrador del ajuste que maneja Dujovne se completa con 18 mil millones de ahorro de la ciudad de Buenos Aires y otros 80 mil millones del resto de las provincias, con un sacudón fuerte a las promociones patagónicas. Con esto se llegaría a 140 mil millones y la Nación recortaría por su lado 160 mil millones, para llegar a los 300 mil comprometidos con el FMI.

Como se ve, es a Vidal a quien le piden el mayor esfuerzo, en el peor momento: el año que viene la provincia empieza a afrontar vencimientos fuertes de capital e intereses de la deuda externa que tomo la gestión de la gobernadora, que podrían rondar los 80 mil millones.

"En el 2020 la provincia por primera vez en décadas entraba en equilibrio fiscal gracias a la recuperación que hicimos del dinero del Fondo del Conurbano. Ahora quiero saber si nos están pidiendo que posterguemos ese objetivo o la provincia vuelve a ser inviable", sintetiza Vidal.

La situación la encuentra además con la paritaria docente sin cerrar y con la dificultad objetiva para proyectar los ingresos de este año por la volatilidad de las principales variables macro (inflación, crecimiento, etc). "Todavía no tenemos consolidada la recaudación de Junio", reconocen en la provincia más rica del país.

El tema forma parte de las tensiones que por ahora se viven al interior de la alianza de derecha Cambiemos, donde el régimen necesita cerrar entre los propios su parte del ajuste, para después ir a la negociación con el peronismo, que se traduzca en un acuerdo para el Presupuesto del año que viene.

Los ministros de Economía de Vidal, Rodríguez Larrata y los otros tres gobernadores de Cambiemos (Gerardo Morales de Jujuy, Alfredo Cornejo de Mendoza y Gustavo Valdez de Corrientes) vienen negociando con Frigerio y Dujovne los contornos y la secuencia del ajuste.

Pero la verdad es que el ajuste se juega en el inmenso territorio que maneja Vidal, que concentra el 40 por ciento de la población del país y que tiene en el conurbano bonaerense la situación social más delicada. "No hay provincia ni municipios sin Nación viable, pero al revés también", explica la conchuda hija de puta, que está dispuesta a colaborar en el ajuste, pero sabe que en la definición del límite tolerable se juega la gobernabilidad.

"Acá está en juego el gobierno", dramatiza por su lado Macri Blanco Villegas. Pero su régimen también depende que el conurbano pueda transitar el ajuste estabilizado. Por eso, Vidal reforzó las ayudas sociales, reabrió los descuentos del 50% del Bapro y esta semana lanzará una nueva tanda de medidas de contención. "Tenemos el territorio muy impactado por la inflación y las tasas altas sobre las pymes, hay que sostener como sea a los sectores bajos y la clase media", pide la gobernadora fascista bonaerense.

Pero no es fácil. En la provincia ya se siente el recorte a la obra pública de la Nación, a la que se suma la decisión del propio gobierno provincial de no abrir ninguna obra nueva. "Lo que queda de acá a fin de año es doloroso, como soy optimista espero que el 2019 próximo salgamos de la recesión", se resigna Vidal en la intimidad y mezcla análisis con un deseo: "creo que la gente cuando vote el año que viene va a evaluar todo lo que hicimos en estos cuatro años, no sólo este período difícil".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario