Juan Cruz Hasevocs participó del procedimiento junto a otros dos “extras” y el imputado Máximo Thomsen, señalado como autor del asesinato de Fernando Báez Sosa.
Los 10 rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa fueron trasladados ayer a la mañana al Centro de Convenciones de Villa Gesell “Néstor Kirchner" para participar de la primera jornada maratónica de las ruedas de reconocimiento, que se extenderán hasta el martes.
A través de este procedimiento, la Justicia buscará esclarecer el rol que tuvo cada uno de los imputados en el asesinato a golpes del joven de 18 años, ocurrido durante la madrugada del sábado pasado a la salida del boliche Le Brique.
Se trata de la primera vez que los amigos de la víctima vuelven a estar en el mismo lugar que los detenidos. Solo que esta vez los separa un vidrio espejado a través del cual seis amigos de Fernando, testigos del asesinato, pueden ver a los 10 rugbiers pero no al revés. Los testigos pasan de a uno y los imputados también pasan individualmente, pero acompañados de tres personas más con características físicas similares que no están relacionadas al caso.
“Nos metieron en una habitación e iban llamando de a cuatro”, contó a la salida del Centro de Convenciones Juan Cruz Hasevocs, uno de los jóvenes que participaron del procedimiento con otras dos personas junto a uno de los acusados, en este caso Máximo Thomsen, el primero en pasar a ser reconocido. Thomsen es, junto a Ciro Pertossi, uno de los dos rugbiers señalados como coautores del homicidio por la fiscal Verónica Zamboni, titular de la UFI N° 6 de Villa Gesell.
“Mucho a mí no me dio explicaciones. ¿Qué me va a decir? Si ni lo conozco”, dijo el joven oriundo de Lanús, que fue reclutado ayer a la madrugada por la policía para el procedimiento, cuando se encontraba en un kiosco con sus amigos a la salida de un boliche. “Dijo que fue una pelea. Una pelea de pibes normal, pero excedida”, contó sobre Thomsen, y reveló que el acusado “dio a entender” que estaba borracho al momento del hecho.
También señaló que no lo vio especialmente perturbado por su situación: “Yo no lo noté nervioso, ni nada. Estaba normal”. Antes de retirarse con un familiar, dejó un mensaje sobre el trágico episodio: "No hay que salir a golpear o pelear, hay que divertirse, nada más”.
Jairo, otro de los jóvenes que formó parte del proceso, contó que ayer a la mañana, alrededor de las 8, se encontraba en la parada del colectivo cuando dos patrulleros se le acercaron para informarle del procedimiento a él y a otra persona que también esperaba el transporte público.
Dijo que una vez dentro del Centro de Convenciones, esperó durante horas en una sala y finalmente no participó, ya que por sus características físicas no fue seleccionado por la fiscalía y las defensas. Jairo se retiró a su casa pasadas las 14.
Las próximas ruedas de reconocimiento serán este viernes, el lunes 27 y el martes 28 de enero, en el mismo edificio, ubicado en Paseo 139 y la Ruta Nacional 11, en la localidad balnearia. “A lo mejor se extienda un poco más”, adelantó el fiscal general de Dolores, Diego Escoda, quien además señaló que pasadas las 15 de ayer ya habían pasado dos testigos. El lunes también será el comienzo del peritaje a los teléfonos celulares de los detenidos.
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