martes, 21 de enero de 2020

Dolor en el último adiós a Fernando Báez Sosa, el chico asesinado por rugbiers en Villa Gesell

Sus padres, amigos y familiares despidieron sus restos ayer a la mañana, en el cementerio de la Chacarita.



Decenas de familiares, amigos y compañeros del colegio y de la facultad de Fernando Báez Sosa, el joven de 19 años que fue asesinado a golpes el sábado a la salida de un boliche de Villa Gesell, participaron ayer de su entierro en el cementerio de la Chacarita.

Los padres de Báez Sosa estuvieron acompañados desde la mañana por la novia de Fernando y decenas de familiares y amigos que concurrieron a la sala Escalada, en la avenida La Plata al 900, en el barrio de Caballito, donde se desarrollaba desde el domingo el velatorio.

Desconsolada, Graciela Sosa, madre del adolescente, pidió que "se haga justicia" por su hijo, porque "él no se merecía esto".

Por su parte una prima del joven, Nancy, contó que el muchacho "él era un chico demasiado bueno y tranquilo para que pase lo que pasó" y que "la forma en que se dio" su muerte "es demasiado brutal y triste".

"Si hubo una pelea o un roce, no justifica que se pongan entre diez u once personas con un chico solo", señaló Nancy y agregó que "ya no lo vamos a tener nunca más y es demasiado triste por sus padres, que se quedan solos. Pedimos justicia y que todos los padres reconsideremos cómo estamos criando a nuestros hijos, nadie es más que nadie para hacer semejante acto de violencia, por creerse superior, por tener un poquito más".

El cortejo fúnebre salió a las 9 de la mañana de la sala velatoria hacia el Colegio Marianista, ubicado en la Avenida Rivadavia y Víctor Martínez, en Caballito, donde Fernando cursó sus estudios secundarios.

Tras una misa en el colegio, pasadas las 10.30, el cortejo se dirigió al cementerio de Chacarita. Luego del entierro, Silvino, el padre de Fernando, pidió rodeado de familiares "que se haga justicia" por su hijo.

"Le arrebataron la vida, él era un chico excepcional, no tenía problemas con nadie. Era nuestro sol, se portaba de maravillas, era todo para nosotros y no se merecía esto", agregó el hombre en declaraciones a la prensa, notablemente emocionado.

Su esposa, Graciela, contó que el joven "era un chico decente" y que "todos lo querían", que "le gustaba mucho salir con sus amigos" y que "era colaborador en el colegio".

"Iba a campamentos y a colegios precarios a ayudar a los chicos, siempre lo llevaban porque era el más fuerte", dijo mientras se quebraba en llanto.

Fernando se había inscripto en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires tras finalizar el Ciclo Básico Común (CBC), que "fue todo un éxito".

En relación al grupo de rugbiers que fue detenido luego del hecho, la mujer los calificó como "unos animales que lo mataron a golpes" y dijo que espera "que la Justicia se encargue de ellos".

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